lunes, 10 de enero de 2011

LA HISTORIA DEL PRINCIPIO...un cuento de Leo Mondragon



En el principio, solo había fuego…

                                          
                                           Según la historia.

                                           Pero no fue exactamente así …



El principio fue solo una libélula,

                                                     Una consigna

                                                      El tiempo

                                                      El aire

                                                       Y las piernas de una mujer.



Dios le dio a la libélula una consigna .

La de crear vida.
El tiempo fue el testigo mudo de este acto
El aire fue la hermosura que lo envolvió, como una envoltura de regalo.
Y las piernas de la mujer fue el origen de donde habría de florecer la vida.

ESTA ES LA HISTORIA DEL PRINCIPIO…

Dios envió a la libélula sola, con su consigna, y la libélula no sabía exactamente lo que significaba tal encomienda divina. Voló y voló sobre el fuego eterno que surcaba la tierra como las olas surcan las playas hoy en día…mil mares de fuego recorrió! Pero no todo su vuelo fueron penumbras, no todo su vuelo fue sobre fuego y malas fortunas… también volaba jugando! Jugaba con el viento por ahí, por allá! Ella iba muy feliz y muy quitada de la pena, como lo es propio de una libélula…pero de repente se canso. Tenía que encontrar el objetivo de su encomienda divina.

Andaba por ahí, sola, volando, cansada de muchos tiempos de vuelo…y de repente, ahí estaba!!! Lo había encontrado!!! En su corazón de libélula, diminuta, lo supo de inmediato. Ahí estaba el objetivo de su encomienda divina!

Era una mujer. Estaba sentada frente al único pozo de agua que existía sobre la faz de la tierra, sus pies sumergidos en esa agua. Era un pozo de agua bendita llena de pescaditos que solo andaban por ahí, nadando sin ton ni son… solo nadaban por ahí, no sabiendo que hacer con esos pies que estaban en su hogar, el agua, en el único pozo de agua sobre la faz de la tierra. La libélula llego desde arriba y se poso sobre el muslo de la mujer, contenta de haber llegado a la encomienda de su destino y ejecutar la orden divina.

La libélula le pregunto a la mujer con su diminuta voz“ Eres tú la indicada?”
y la mujer le dijo “Soy la indicada”.

Entonces la libélula se alegro! Y empezó a dar pequeños y minúsculas mordiditas a la pierna de la mujer, y esas pequeñas mordiditas de la pierna de la mujer los aventaba con su boquita hacia los pececitos en el pocito. Y los peces tomaban esa comidita y la transformaban rápidamente en la historia…en la historia de la humanidad.

De la boca de los peces, empezaban a brotar pequeñas burbujitas que lanzaban fuera del agua del pozo para posarse sobre la faz del fuego, enfriándolo, transformándolo en tierra fértil, y así nació la tierra…y mas peces lanzaban burbujitas llenas de pielecita de la mujer hacia la tierra y estas se transformaban en cositas verdes llenas de vida, y así nacieron las plantas y todas las flores… y otros peces lanzaron burbujitas con piel de mujer hacia el firmamento, y así nacieron los astros y el infinito. Un pez gordo capto un pedacito grandecito de piel de la pierna de la mujer y lo lanzo al aire, y así nació el sol…y luego la luna, las estrellas, los montes, las montañas, la piedra, los diamantes, el oro y la plata, después todos los minerales, y luego el hombre, el Divino Hombre, lleno de cosas de los hombres, la guerra, la paz, la poesía, los atardeceres de la vida, los locos y los sanos…la música, las imágenes, la cultura, el arte y los sueños, las ilusiones…el amor...

La libélula trabajaba con frenesí, quería terminar su encomienda! Mordía y lanzaba a los peces sus diminutos bocadillos!!! Ellos a su vez los lanzaban a la tierra en burbujitas para seguir creando el mundo, la historia y el universo!!!

Pero poco sabia la libélula que las piernas de las mujeres son también Divinas, ellas no se terminan por sus pequeñas mordisqueadas!!! Al contrario!

Las piernas de una mujer viven y se nutren de las mordiditas de las libélulas! Y re encarnecen.

Tanto así, que las piernas de la mujer siguen regresando a aquel pozo divino de la primera agua de la tierra, de vez en cuando y en diferentes épocas…y las libélulas se siguen posando en dichas piernas de mujer, para seguir creando al mundo para que este siga siendo la inspiración en el corazón de los hombres…

Y esta amigos, ha sido la historia del principio.


Fin.