miércoles, 6 de abril de 2011

EL CHOLO



EL CHOLO

Un cuentito de Leo Mondragón

Nada se movía en esa calurosa tarde de verano en la colonia. Ni las moscas alborotaban el aire cuando volaban lentamente bajo nuestras narices. Ahí estábamos nosotros 4, los compas, sentados en las escaleritas de la tiendita de la esquina, haciendo lo que usualmente hacen los perdedores mas grandes de la secu en vacaciones…exactamente nada. Ver el tiempo pasar, fumar, ver la gente pasar, olernos los pedos…la verdad hacia demasiado calor esos días para hacer algo. No se antojaba nada. El Toño traía tres cuetes para amarrarlos y prenderlos a la cola de algún infortunado gato que atrapáramos por ahí…pero que hueva corretear un gato con este calor! El Tejas raspaba inútilmente una tirita de chinampinas en el suelo ´pa ver si alguna prendía. Todas se cebaron. El Tabo quería que pasara alguna chava para decirle de cosas. Cosas estúpidas que les dicen los perdedores a las chavas bonitas que pasan por la calle. Y yo, yo era el más grande perdedor de los cuatro. Simplemente me juntaba con ellos porque no tenía más que hacer.

“Quien va a disparar los chescos? Pregunto el toño.
“Le toca al Güero” dijo el Tabo. A mí me decían el Güero.
Me les quede viendo feo.”Nel, yo los pague ayer! “

“Pues te toca otra vez mi chavo, a menos que quieras pamba loca.”

No me quedaba otra más que comprarlos. Ya me habían aplicado pamba loca alguna vez y no volvería a pasar por eso. Además tenía sed, este calor era insoportable!

Entre a la tienda y le pedi a Doña Pasita 4 Cocas. Doña pasita tenía como 1000 años, mil arrugas en la cara y mil pilas de energía ´pa refunfuñar. Nunca dejaba de refunfuñar de todo. Cuando le pague me dijo con ojos entrecerrados y voz rasposa que me largara de sus escaleras junto con mis amigos vagos igual que yo o nos iba a agarrar a chanclazos. No le hice caso. Siempre decía lo mismo. Debido a su mal genio, nadie le compraba nada. Solo nosotros le comprabamos Cocas, los perdedores más grandes de la colonia, en vacaciones de la secu.

Cuando salí de la tienda, les di las cocas a mis compas, alguien saco los tabiques, y empezamos a fumar y a disfrutar de nuestro drink. Ah, que delicia! La noche empezaba a caer, alivianando un poco el calor de esa tarde. En eso, todos escuchamos el sonido mas bonito el mundo para nuestros perdedores oídos en ese tiempo…el sonido de unos tacones que venían por la calle. Todos volteamos al unísono y ahí venia la Carmela del 2A, con sus hermosas y largas, largas piernas flacas. A su lado venían sus amigas del salón, la Lupe y la Pelos. A la Pelos le decíamos así porque el Quique del 2C nos jura y perjura que le metió mano y le agarro los pelos cuando se la fajo. Dice que tenía un montón! A mi me gustaba la Lupe. No sé por qué. Era prieta y chaparra y usaba esos tennis feos de Pan Am que se estaban usando. Azules con franjita blanca. Pero a mí me gustaba. Secretamente. Sabía que mis amigos me harían burla si me fajaba a la Lupe. En primero porque estaba prieta y chaparra y en segunda por sus estúpidos tenis Pan Ams. Porque no usaba tacones como la Carmela? Pero otra cosa impedía que le llegara…ella iba en segundo de Secu y nosotros en primero. Cuando vas en primero en la secu, tu valor es equivalente a una jicarita llena de miados de rata. O sea nada. Todos ya queríamos pasar a segundo de secundaria para valer algo. Y los de segundo querían ya irse a tercero para ser la ley en la secundaria. Y los de tercero ya se querían ir a la prepa porque estaban hartos de nosotros los perdedores. Era la ley de la vida. Así que mis probabilidades con la Lupe eran nulas en ese entonces. Además ni me volteaba a ver. Bueno, si. Siempre subía su narizota bien alto en el aire cuando pasaba junto a mi. En ese entonces yo era un idiota y ni siquiera sabía que hacia eso por la simple razón de que no le era indiferente. Yo que iba a saber…estaba chamaco e idiota…pero aun así me gustaba.

Justo cuando iban a pasar las chavas frente a nosotros, el Tabo se paro, se aliso los yins con un pequeño bailecito, hizo como si se peinara las greñas ´pa atrás, y se preparo ´pa lanzar su mejor piropo, el piropo maestro, aquel que solo se le dice a las nenas más guapas y buenas según el, y justo cuando lo iba a cantar, sus intenciones fueron silenciadas por el thump!!! thump!!! de unas enormes bocinas que se acercaban. Volteamos para ver la nave del Cholo dando vuelta en la esquina, un vocho achaparrado, negro, con quema cocos, rines cromados, asientos de cuero blancos, con bocinas Jensen, woofers de Alpine y un súper estéreo Pioneer, el mas chingon existente en ese entonces. El Cholo era el wey que envidiábamos todos y era la ley del 3c y de toda la secundaria. Traía a las viejas que a todos nos gustaban y tenía fama de madreador . Aun así, nos caía gordo a todos. El thump! thump! de sus enormes bocinas inundaba el ambiente, recuerdo muy bien como hasta agitaban la Coca en mi panza. Thump Thump thump! El vocho se arrimo a la banqueta cuando iba pasando por las nenas. La Carmela volteo y se agacho para meter la jeta por la ventanilla para saludar al Cholo de a besito. De a besito! Puto Cholo! Lo tenía todo!!!

Mis compas y yo vimos esto con mucha envidia. La Carmela platicaba toda sonriente con este guey, ji-ji-ji…ja-ja-já, y en eso, el Cholo que le abre la puerta y ahí van las viejas, se metieron al vocho del Cholo, el cual se nos quedo viendo con una estúpida sonrisa, de esas sonrisas de desprecio, y con las chavas dentro de la nave, al pasar por donde estábamos nosotros, nos alzo el dedo medio. Puto cholo! Las viejas se morían de risa dentro de la nave! Mis cuates y yo no hicimos nada mas que ver la nave con el Cholo, las viejas, y el dedo grosero pasar frente a nuestras narices.

Y ahí va el Cholo en su nave con las nenas. Pero el justo destino tenía un desenlace diferente. Al pendejo del Cholo, por andar flasheando el dedo medio, ni se dio cuenta de que un auto venia frente a el, una patrulla policiaca, y ante el infortunado giro de su volante mientras nos dedicaba el dedo medio, se estampo fuertemente contra el auto de la policía, de frente, cara a cara! Mocos!!! Mocos puto!!! El ruido del choque se escucho fuertemente! Nosotros nos paramos para ver el desmadre, que desmadre! El vocho del Cholo se le metió toda la carrocería de enfrente, mientras a la patrulla no le paso casi nada. Dos policías con semejante panzota se bajaron de la patrulla, hasta eso, sonriendo, sabiendo que se iban a torcer al protagonista de este cuento. Al guey lo iban a torcer en grande. El Cholo se bajo para hacérselas de pedo con su habitual costumbre de “eres menos que yo y te voy a madrear”, pero con estos compas, se topo contra pared. Los cuicos alegaron con el un rato antes de subirlo a la patrulla y llevárselo, mientras las viejas se bajaban una por una de la nave del Cholo chocada. Se quedaron un rato ahí pendejeando como pensando que hacer. En eso, pasó un camión, y le hicieron la parada. Antes de subirse, la Lupe me volteo a ver. En sus ojos note algo. Solo algo…

Esa tarde aprendí algo muy cierto acerca de la vida.

Muchos años han pasado desde esa tarde calurosa de la secundaria. Al Tejas le dio por la mecánica, al Tavo lo metieron al bote y según se aun sigue ahí… y el Toño se fue a vivir a gabacho…la Carmela se caso con un rutero y vive en Xochitepec, la Pelos dicen que hizo una fortuna en un bar del Boulevard a Cuautla…la Lupe vive en Chiconcuac, se caso con el hijo de un ranchero que conoció en la universidad y tiene tres hermosos hijos, todos varones…en cuanto a mí, yo voy en mi tercer matrimonio y nomas me dio por escribir cuentos…y comprar instrumentos que ni se tocar...

Fin.

(Basado en un hecho real)