miércoles, 28 de marzo de 2012

HAMBRE DE TI


Hambre de Ti
Un cuentito erótico de Leo Mondragón 

Hoy me encuentro deseoso de ti. 

Entro sigilosamente en tu habitación. La noche es muy oscura, y tu habitación mas. Mi periferia visual se dilata y se acomoda para encontrar mi camino hacia ti.

Busco algo en el aire. Ahí esta. Lo que busco en el aire esta ahí. Es tu olor. Tu olor ha llegado a mí, a mis ansias, a mi enferma fijación y necesidad de tenerte. Puedo oler tu cuerpo, puedo olerlo…si! Puedo oler ese olor tenue que tienen las mujeres cuando se despiden de la juventud para abrazar la madurez. El aire me rodea y me embriaga con tu olor de mujer plena, llena de vida. Puedo oler tu cabello desde donde estoy, tus piernas, tu aliento. Puedo oler tu sexo, limpio, fresco y húmedo como esperando ansiosamente el otoño. Puedo olerlo todo. Mi cuerpo y todos mis sentidos fueron creados para olerte. Me acerco hacia ti flotando en la nube de tu olor. Paseo mi órgano olfativo sobre tu cuerpo muy quedito, así, muy tenuemente para no despertarte. Aun no mi amor, te murmuro suavemente, aun no despiertes mi amor…

En eso, siento que tu piel se contrae. Me haz sentido cerca. Te inquietas, prendes la luz mientras yo me escondo ágil y velozmente entre las sombras de la habitación. Ves a tu alrededor y vuelves a acomodarte entre tus sabanas, tus sabanas negras de satín. Hoy duermes desnuda, la fina y delgada tela deja ver todo el contorno de tu exquisito cuerpo. Cuerpo que hoy será mio. Puedo ver a través de la tela las curvas de tu cadera, tus muslos, tu pubis bien delineado, tus senos, como dos montañas con picos de lava ardiente a punto de estallar! 

Por donde entrare en ti el día de hoy amor mio? Por delante o por detrás? Por donde será? Que decisión tomara hoy mi lujuria hambrienta y caprichosa? Las opciones son infinitas, pues toda tú eres como un detallado mapa para llegar al único lugar que importa en el mundo, mi placer. Mientras pondero las posibilidades,  gimes suavemente y te volteas boca abajo, dejando tu castidad en aras del destino, a la libre expresión y albedrio de la suerte. La fina sabana se desliza con tu movimiento, cayendo a un lado y exponiendo todo tu cuerpo desnudo, dándome la respuesta inmediata a mi capricho. Será por detrás. Si!  Haz tomado una excelente decisión!  Sobre ti, mi mirada se postra en  tu hermoso trasero. Dios, es tan hermoso, perfecto, soberbio!

No puedo mas, la ansiedad y el deseo me están matando. Me poso ligeramente sobre tus nalgas, acomodándome, preparando mi punta para introducirla lentamente a tu cuerpo, con cuidado, despacio, ahí va! Ahhhh!  Si!  Que delicia!  Que deliciosa estas hoy! Entro en ti con toda la fuerza de mi ser, miles y miles de años de evolución preparándome para esta momento!  Tu exclamas un ay de dolor, mientras yo me embriago en tu sorpresa de sentirme, sentirme dentro de ti! Cierro mis ojos, dejo que mis sentidos se dejen llevar por lo que estoy haciendo, desconectándome del mundo, sumergiéndome en el infinito mar de sensaciones, tanto, tanto! que no escuche  el sonido del aire mientras tu mano surca el espacio entre nosotros, y con un terrible PLAFFF! haces añicos mi frágil cuerpecito, quebrando mis alas y patitas, sacándome las tripitas llenas de tu sangre, sangre que a la vez me alimento y a la vez, por embriagarme en ella y descuidarme, también me mato. Sangre que da vida y asesina a la vez, la mejor de las sangres…

Mientras mi alma de mosquito se va al cielo, extasiada pero contenta entre la dicha y la felicidad, alcance a escuchar  por primera y última vez tu voz:

“Te di pinché mosco hijo de puta!”

Fin