martes, 7 de febrero de 2012

Carta A los que Vendrán




Carta A los que Vendrán

Por Leo Mondragón

Esta carta va dirigida a todos los seres que están por nacer, animal o vegetal, cuyas almas vienen de quien sabe donde del  espacio exterior a ocupar un cuerpo físico aquí.    Esta carta va dirigida a todos aquellos seres, inteligentes o no,  de otros mundos que de seguro alguna vez vendrán en persona a visitarnos. Esta carta va dirigida a Dios, al hijo de Dios, y a todos sus fieles esbirros que dicen que van a venir. Aclaro, dicen eh.

Como sea, BIENVENIDOS SEAN USTEDES.

Bienvenidos a nuestro mundo. Se ve bonito desde arriba, no? Un paraíso azul en medio de la nada. Perfectamente redondo, con nubecitas por aquí y por allá, parches de tierras esparcidas por doquier, algunos cafés, otros muy verdes, pero generalmente, nuestro mundo se ve como un punto azul para ustedes. Un oasis de azul en medio de la vasta,  vasta oscuridad del infinito. No encontraran un lugar así en millones de años luz a la redonda.

Quién sabe. Eso dicen. Dicen que nuestro hogar se ve muy bonito desde arriba.

Yo les escribo esta carta de bienvenida desde el punto de vista de mi raza, la raza humana, tal vez no la mejor pero si una de las mayoritarias. El día que les escriban las hormigas, las moscas, o los virus, ellos les darán otro punto de vista de nuestro hogar. El punto de vista de ellos tal vez sea muy diferente al que les escribo. Yo les daré el mío.

Nuestra raza es fantástica. Dicen que hemos resurgido desde las cenizas de la evolución triunfantes, de ser cazados para alimento a ser sobrevivientes gracias a la capacidad de nuestras mentes. Sin embargo y aun en medio de todos nuestros logros, muchos de los habitantes humanos creen que algún ser divino va a venir a salvarnos de todos nuestros problemas. Esto es  una pena, pues la gran mayoría de los de mi raza no cree en ellos mismos. No creen en expandir sus mentes y pensar más allá de los horizontes de los sueños humanos. Creen que nacer, trabajar para comer, tener cosas  y morir en la solitud de la nada es todo lo que hay para ellos, siendo que la mente humana es más flexible y expandible que una liga, una liga que se puede expandir hasta el más infinito de los rincones del universo.

Ha habido intentos fallidos de mentes que han procurado pensar en la equidad de mi raza, pero en su mayoría han sido silenciados por todos aquellos enfermos de avaricia y poder, lobos pastores de rebaños que quieren  sus ovejas sean mansas para vivir feliz y despreocupadamente de sus pieles y sus carnes para subsistir. Sin embargo, algunos de nuestra raza han alcanzado expandir sus mentes de tal forma que como humanos hemos alcanzado las estrellas y el infinito en sus grandezas. Algunos músicos, artistas, personas altruistas y líderes espirituales han marcado algunos cambios significativos en nuestra evolución, lo cual indica, que somos capaces de lograr y aterrizar sueños increíbles que han lanzado a la humanidad hacia increíbles niveles de superación. Esto ha sucedido a veces y solo en muy contadas ocasiones. Porque no todos tenemos esta capacidad de expandirnos? Porque?  Es la  pregunta más grande del universo.

 Aunque ustedes visitantes de otros mundos tal vez nunca lo entiendan, la verdad es que también para nadie de nosotros es muy claro del porque queremos seguir viviendo bajo este régimen. Ser gobernados por lobos pastores en su mayoría. Es irónico. Con la capacidad  cerebral que tenemos, no deberíamos tener gobernantes. Deberíamos de ser una raza que va por la vida siguiendo un orden diferente, un orden divino del bien común para nuestra comunidad, para nuestra raza y paralela a las necesidades y requerimientos de las demás especies que viven con nosotros en este planeta azul, que cada quien supiera cual es su rol dentro de dicha comunidad y su entorno y ejercerlo sin que perturbara la paz de vida general.

Pero esto no es así. La vasta mayoría de nosotros los humanos va por la vida persiguiendo lo que hoy en día y a lo largo de nuestra historia nos ha caracterizado. La avaricia, el poder, y la inhumanidad para nuestros prójimos habitantes de este planeta azul. Nosotros, sin escrúpulos, pensamos que dominamos la tierra, los mares  y nuestros hermanos animales y plantas. Los explotamos como si fueran nuestros, como si fueran propiedad de la humanidad!  Hacemos uso  de los recursos del mundo hasta la saciedad, dejando muerte, destrucción y desolación a nuestro paso.  Entre las guerras de los hombres solo contamos nuestras bajas, sin pensar en ningún momento en las bajas de los otros seres que viven entre nosotros. Ellos no ocupan nuestro mundo de sentimientos, pues no sentimos nada por ellos más que en ser ellos recursos para nuestro subsistir. Tan egocéntricos somos los de mi especie. No tenemos sentimientos cuando matamos una vaca para comer. O le quitamos la vida a un árbol para hacer nuestros hogares. O mutilamos la tierra en busca de minerales preciosos para llenar los bolsillos y ambiciones de unos cuantos.

A veces pienso, porque no evolucionamos de tal forma que nuestros cuerpos humanos y los de todas las especies de este mundo no necesitaran proteínas ni carbohidratos para subsistir? Imagínense, que nuestros cuerpos de todos los habitantes de la tierra, animal o vegetal, se nutrieran de algún alimento que no fuera la carne de nuestros hermanos animales o los cuerpos de las plantas que habitan con nosotros. Que pudiéramos andar por las selvas y océanos sin tener que cuidarnos que nos coman los leones, o los tiburones? Y viceversa. Que los leones y seres del mar nos pudieran visitar sin tener que cuidarse de ser comidos por nosotros. Toda la desgracia de nuestro mundo empezó por aquí. Por el instinto de supervivencia. Comer o ser comidos. Ser débiles o fuertes. Tener o no tener. La lucha entre la vida y la muerte.

Como no tenemos otras referencias de otros mundos o formas de vida, a todos los habitantes de este planeta azul no nos quedo otra más que comer o ser comidos en nuestras etapas evolutivas. Esa es nuestra verdad. No sabemos subsistir de otra forma. Las guerras entre humanos por el poder y la sangre de las especies por comer y sobrevivir  han marcado toda, toda nuestra historia de este planeta azul. Vida, sangre y muerte se mezclan y se  entrelazan como las ramas de un viñedo surrealista dentro de este planeta azul y su historia.  Nuestro mundo no debería de ser azul. Debería ser del color rojo carmesí de la sangre. Pero este es mi mundo, el mundo hermoso y  azul que ustedes ven desde arriba.

Este es el mundo a los cuales les doy la bienvenida.

 BIENVENIDOS.