martes, 26 de junio de 2012

HUEVA DOMINGUERA


"Dulces Sueños" fotografia digital por Leo Mondragón


HUEVA DOMINGUERA
Un cuentito de Leo Mondragón
 
 
Huevon.- Dícese de aquella persona que gusta de tomar la vida con calma para evitar la fatiga.
 
 
Ese Domingo en la tarde día yo tenía la flojera más grande del mundo. No tenia ganas ni de escribir, ni de pintar, ni de ver tele, ni de leer, ni de comer, ni de correr, ni de cojer, ni de nada. Nada de nada. Era uno de esos días en donde no se te hincha la gana hacer absolutamente nada. Lo malo es que te aburres, y se siente bien feo aburrirte pero a la vez sin ganas de hacer nada. O sea, quieres hacer algo, como a medias, pero te da hueva.
 
 
Así me quede un buen rato, haciéndome pendejo ahí echadote en la cama y pensando que hacer, pero a la vez, sin querer realmente hacer nada. En eso, suena el teléfono. Hasta hueva me daba contestar. Descolgué. BUENO! Nada. BUENO! Nada. Colgué, de seguro era otro pendejo que no tenia nada que hacer más que pendejear en el teléfono. De nuevo suena. Descolgué, tal vez se habían equivocado la primera vez. BUENO! BUENO! Nada. Colgué. Hijos de puta. Yo con mi hueva y estos gueyes chingando la madre. Volvió a sonar el teléfono. Me empecé a sentir un poquito encabronado, Vi como sonaba y le parpadeaba la lucecita al aparato. Ring! (lucecita) ring! (lucecita)  diez veces sonó el ring y diez veces prendió la lucecita. Yo la estaba mirando fijamente, imaginando al hijo o hija de la chingada que me estaba fastidiando mi flojera, porque la flojera es bendita y hay que disfrutarla! Desde afuera, mi mujer me grita que conteste el malparido aparato. Pero no conteste. En eso dejo de timbrar.
 
 
Por un instante, mi mente sucumbió a la fantasía de cambiar mi estado de materia, convertirme en señal eléctrica y viajar a la velocidad de la luz por el cable del teléfono, hacia quien me estuviera llamando, y una vez en su lado del auricular,  volarle los sesos con una .38 especial para que se le quite lo maricón. O maricona. Me imagine llegando así, como en cámara lenta de una peli de de Tarantino, llegar rafageando y escupiendo plomo a tu enemigo, mocos cabron! Uno, dos, tres plomazos! Bang! Bang! Bang! Orale, ´pa que se aliviane puto! Bang, Bang Bang!
 
 
En medio de plena acción imaginaria de tiroteo, entra mi mujer a la habitación. “Y ahora tu, a quien le disparas?” me pregunta. No le contesto, mi hueva es infinita.
 
 
Ella no vuelve a preguntar, dejo unas cosas en su closet y sale, volteándome a ver como diciendo a ver a que hora se levanta este holgazán y continua con su vida! Eso es lo único que le importa a ella. Que me levante para que no este ahí echadote, para que continúe con mi vida, pero siendo mas especifico, para que la lleve a pasear… a la plaza… a las boutiques, a comprarle cosas…cosas de esas que hacen a las mujeres dizque felices…bolsas, zapatos, jeans, blusas, vestidos, relojes, perfumes,  pero hoy no. Hoy no la voy a llevar de shopping.
 
 
Me puse a pensar en las cosas que nos diferencian a los hombres con las mujeres. A mi me pone feliz el hecho de llegar a casa después de un largo día de trabajo y saber que hay cervezas en el refri. A ella la pone feliz comprar bolsas. Bolsas. Nomás comprarlas y tenerlas ahí, guardadas y acomodadas estéticamente dentro del closet. No se, a lo mejor piensa que se ven bonitas. Cada vez que me asomo ahí yo no veo bolsas, yo veo un fajote de dinero ahí tirado que debería de estar en el banco haciendo más lana. No se, algo así.
 
 
Me estaba imaginando que hacer con ese fajo de dinero cuando de nuevo entra mi mujer y deja la bolsa que esta usando hoy sobre la cama. Coincidencias de la vida. Me mira de reojo, me hace una mueca, alza su nariz alta en el aire como si no la mereciera y sale de la habitación. Yo no hice caso. Mi flojera seguía en su máximo punto posible.
Recordé como un día me pregunto, así nomás de la nada, que porque yo era flojo y huevon. Le conteste que los artistas necesitamos tiempo de ocio para crear en nuestra mente nuestro quehacer artístico…no le hubiera dicho eso, pues  me contesto con su frase favorita del mocoso ese del Werevertumorro, “OIESAMAMADA!”
Desde ese día no le contesto cuando me pegunta eso. Ella sabe que soy así, ni modo. Aun así, ella sabe quien soy yo y por eso tal vez me perdona mi huevonada. Como la de ahorita.
Seguía sin ganas de nada. Me quedo viendo la bolsa y de repente se me ocurre algo. Algo chingon. Voy a ver qué chingados tiene en esa madre!
 
 
Me levante de la cama, muy quedito abrí la puerta de la recamara y me asome. Mi mujer no andaba por ahí. A lo lejos escuche el ruido como de sartenes y me imagine que ya empezaba a preparar la merienda.
Cerré la puerta y vacíe el contenido de su bolsa sobre la cama. Salieron mil madres de ahí, miles les digo! No mames! No mames! Nunca en mis más grandes pesadillas me hubiera imaginado algo así!  No se si quepa aquí en mi cuentito el recuento de todo lo que salio de esa bolsa! Como niño que se ha encontrado un costal de juguetes, empecé a huergar este pequeño tesoro de curiosidades. Empecé a separar todo el contenido, maravillado de todas las madres que había! No manches!
 
 
Este es el inventario:
-Un llavero de plata de Taxco en forma de estrella con bolitas de piedras  brillositas con la llave del auto y  12 llaves más, quien sabe de dónde.
-Una Cola Loca
-2 bolsitas de bolitas de naftalina
-2 Esmaltes de uñas
-2 motitas de algodón usado de quien sabe que
-Una servilletita de StarBucks  con un chicle usado envuelto
-Un I Phone
-Un Radio Nextel
-Una chalina enrolladita se seda con animal print de leopardo
-Una bolsita de algodón con un collar de bisutería
-Una bolsita con toallitas femeninas
-Una acetona
-Un perfume Carolina Herrera
-Una botellita de Victoria Secret de una fragancia refrescante (Brilliant Love) que olía a madres
-Una pinza para el cabello de carey
-Una hoja blanca toda doblada
-Una liga para el cabello
-Una diadema
-Una pluma
-Una botellita de gel antibacterial
 
 
También había una cosmetiquera plateada con el siguiente contenido:
-1 enchinador de pestañas ,
-1 delineador de Ojos
-2 delineador de Labios
-1 delineador de cejas
-1 labial
-3 Sombras para ojos de diferentes colores
-2 polvos compactos que parecían mazapán
-1 rubor
-1 brocha
-1 depilador
-1 par de tijeritas
-2 pasadores
-1 lima de uñas
-1 sacapuntas
-1 espejo
-1 rímel
-1 pañuelito (todo sucio que no quise tocar)
 
 
Además había una cartera con el siguiente contenido:
-$1,270 Pesos ( 2 Billetes de a 500, uno de a Doscientos, uno de a cincuenta , y uno de a 20
-4 Monedas de a $10.00
-1 $1.00
-1 credencial del IFE
-1 Tarjeta de Bancomer
-1 Tarjeta de Santander
-1 Tarjeta de Wall Mart
-1 Tarjeta de Gaso Pass (para comprar diesel del montacargas de su empresa)
-1 Tarjeta de Vales de Despensa de Bancomer
-1 Licencia de Manejo
-1 Tarjeta de Circulación
-1 Estampita de San Juditas (como la mía)
-2 Dólares viejos
-1 RFC de su empresa
-Dos Melates
-1 Tarjeta de Descuento de Soriana
-1 tarjeta de Descuento de Martí
-1 tarjeta de Descuento del 100% Natural
-1 tarjeta de Liverpool
-1 tarjeta de Maxitunel
-1 tarjeta de Block Búster
-1 tarjeta de Maxpuntos de Office Max
-3 tarjetas de Monedero electrónico de Liverpool
-1 tarjeta de Socio Sam’s
-2 tarjetas de regalo de Sears
-1 tarjeta de puntos de Nine West
-1 Foto de su papá
-1 Foto de su papichulo bien guapote el cabron (yo)
-2 Estampitas de la Virgencita de Guadalupe
-1 Estampita de la Arcángel San Miguel
-1 Estampita de la Oración de la Magnifica
-1 Estampita del Santito San Charbel
-1 Estampita de la Virgencita del Socorro
-1 Estampita de la Oración de San Juditas
-1 Amuleto de Fríjol Inca para que rinda el dinero
- Una nota de la ropa de la lavandería
-Tres saldos de su banco
 
 
Cuanta cosa por Dios!!!!!!! No las quise contar, pues a pesar de que estaba maravillado de cuanta madre cabía en una bolsa de mujer, me dio muchisisisima hueva contar todo.
 
 
Ante este hallazgo, había olvidado mi flojera, dándole entrada a la imaginación. Empecé a imaginar que maldades podría hacer con todas estas madres. Nomás de cabron. Como chamaco que no tiene nada que hacer. Nomas de pinche cabron ocioso. Podría intercambiar las tapas de los labiales. Podría cambiar el color de los esmaltes, mezclándolos entre sí para que salieran colores bien ojetes. Podría poner las tarjetas en otros compartimientos de la cartera. Firmarlas con garabatos para que no pasaran. Podría cambiar los números de contactos en el cel. Unos por otros. Le marca a su mama y le contesta el hermano. Jajaj!!  Le marca a la tía y le contesta el padrino. Le marca a su jefe y le contesto yo. A huevo! Podría hacer un verdadero desmadre! Una pesadilla! Jajaja! Me dio mucha risa imaginar todo lo que podría hacer. Las posibilidades eran infinitas! Infinitas!


Pero no lo hice. Con cuidado y esmero metí todas sus cosas a su bolsa. La deje en el mismo lugar de la cama donde ella la había dejado y me dispuse a continuar con mi flojera. Después de un ratito me llamo para merendar. Cenamos muy rico y terminamos viendo una peli de Woody Allen, felices. Lo que paso después no se los voy a decir. Solo que después de eso, cuando le gano el sueño a ella y mi eterno insomnio me asalto a mi, me puse a escribir este cuentito.

Mi hueva dominguera había terminado.

Fin.