martes, 4 de septiembre de 2012

LA INFINITA SOLEDAD DE LO INALCANZABLE


Autoretrato Frente a la Mar, oleo sobre tela, firmado y fechado 2012 por Leo Mondragón
 


LA INFINITA SOLEDAD DE LO INALCANZABLE
tomado del poema "Dos Cantos Para el Mar" Por Leo Mondragón
 
Yo soy de los que viene a la orilla del mundo
para estar aquí, en donde termina la tierra.
 
La tierra termina aquí donde empieza la playa.
Aquí terminan los sueños e imperios de los hombres.
Empiezan los reinados de los abismos profundos y  desconocidos.
 
Las olas vienen y van como van y vienen las soledades humanas.
Grandes, confusas, llenas de espuma blanca, turbulenta y salada.
 
Entre la arena bajo mis pies puedo sentir diminutas  partículas, huesos molidos de los valientes ahogados en el mar.
 
Como habrá sido su muerte!
 
Espantosa? Si.
Solitaria. Fría.
Digna.
 
La brisa moja mi cara con las lágrimas de los desaparecidos.
El sol rápidamente las seca, como cuando el consuelo del tiempo
desvanece las arrugas de las almas lastimadas.
 
Lo pelícanos y gaviotas surcan la línea de las olas,
sus picos siempre listos para tomar sin permiso a sus habitantes
engulléndolos aun vivos.
 
Así se traga el destino a los hombres. Como pescados sorprendidos.
 
No se si los peces duerman, o sueñen con mounstros
crueles y despiadados de amores imposibles.
O si tengan pesadillas del fin del mundo y el desconcierto.
 
No se si los peces sientan el cruzar del destino en sus caminos.
Como los vientos que desgarran las velas
de los navíos extraviados en las tormentas.
 
Me acerco al mar y escucho sus cantos
que vienen en rítmicas olas suaves,
murmullando historias de su vientre.
Historias de los ciclos, de pasiones, de tormentas.
 
Me siento a su orilla y veo hombres desembarcar de navíos
viejos, tan viejos! Viejos como el tiempo mismo.
Caminan sobre estas arenas ondeando sus insignias milenarias de conquistas.
 
Sus caballos resplandecientes pisan furiosamente la arena.
De sus hocicos escurre saliva blanca que al tocar la tierra
se vuelven guerreros armados con fieras armaduras de hierro y latón.
 
Gritan clamores de guerra y ondean sus lanzas y espadas
atrapando los rayos del sol que tratan de escapar.
 
Que buscan estos hombres que no tengan ya de donde vinieron?
Acaso buscan agua, pan, aire, esperanzas?
 
Todo eso ya lo tenían.
El sustento básico de los seres humanos.
 
Porque querrían más?
 
Ellos desembarcan en todas las playas de todos los lugares del mundo.
Buscando lo que los hombres buscan siempre.
Lo que los hombres derrochan una vida de búsqueda con tal de tenerla!
 
Buscan
Y buscan!
Buscan…
 
La infinita soledad de lo inalcanzable.
 
Leo Mondragón