martes, 22 de enero de 2013

"TOCHTLI" un cuentito de Leo Mondragón



"TOCHTLI" pintura en caja artesanal de Xalitla, Guerrero


"Larga y buena es la vida para los que la saben vivir. Ni las montañas, ni la sierra, ni el agua, ni las nubes tienen tanta libertad como a los que le late un corazón dentro de ellos y la sangre roja de la vida corre por sus venas".

Esto me decía un conejo que iba pasando mientras yo miraba los cerros desde una loma en las afueras de mi pueblo, viendo el aire surcar los arbustos, como era mi costumbre. El conejo tenia el color de la hermosa tierra.

"El llano esta lleno de almas que anhelan la vida y esperan la muerte que vendrá, pues están conscientes que la vida y la muerte son como gemelos, diferentes, pero seres inevitables". 

Me invito a correr libre con el. Yo lo seguí, apreté el paso y trate de ponerme a la par pero no pude, pare a mitad del camino, pues a pesar de que yo era mas grande que el animal, el era mas veloz. Una lección de vida. No se necesita ser grandote para correr mas rápido. Hay que ser ágil y ya.

Viendo mi ineptitud para el trote, el conejo lanzo un pequeño conjuro al aire y yo me volví su hermano. Sentí como mi cuerpo se transformaba en conejo. No se porque pero de repente me sentí libre! Libre de mi humanidad!

Corrimos mucho tiempo, a través de arbustos, ramas, arboles y nopales por toda la sierra y los cerros pelones de Guerrero. Me enseño a mantener un ojo en el camino y otro al cielo, pues éramos comida para gavilanes, y siempre hay que mantener respeto por los tiempos de uno. O sea, no buscar la muerte a lo pendejo. Hay que ser precavido, pues el tiempo de muerte vendrá a su debido tiempo. Cuando tenga que venir. No sabemos como vendrá, y por eso no hay que buscarla. Lo importante y lo único que importa mientras eso suceda es vivir. 

Vivir. 

Vivir la vida que se nos ha dado. Como al río se le ha dado agua para que corra y tenga vida.

Corrimos hasta llegar a un claro donde había muchas flores. Teníamos hambre. Yo arranque una flor y empece a comer. 

"Espera tonto, así no se come!"

Me mostró como comer las hojas de los tallos de las flores. Esas plantas ya no necesitaban las hojas, pues su flor abierta estaba completando su ciclo de vida, dar pollen para que el aire y las abejas las lleven a concebir a las otras. Me enseño los ciclos de la vida. Todo tiene un porque en el fluir de la vida. Ese porque se ha olvidado entre los humanos, pues nuestro fluir de la vida ha perdido su sentido.

Nosotros comemos todo a nuestro alrededor sin sentido de equilibrio de la naturaleza. Así somos los humanos.

Comimos hojas y bebimos del arroyo que pasaba por ahí cerca. El agua estaba fría y fresca a nuestro paladar de conejos.

Después nos sentamos bajo la sombra de un nopal. Le pregunte su nombre al conejo. Sin palabras, porque yo era un conejo también. No se como nos entendimos, pero no eran palabras como las que usamos los humanos. Me dijo a través de su pensamiento  y gestos de animal que su nombre nomas era Tochtli, conejo, y que era descendiente de los primeros seres conejos que el Superior puso en estas tierras. El se rascaba su cuerpo con sus patitas y se acosto a dormir en un parchesito de pasto.  Descanso un rato y yo respete su sueño, viendo y maravillado del mundo en mi estado de yo-conejo. 

Al ratito Tochtli despertó y seguimos el camino de regreso, de regreso a su refugio para protegernos de la noche, pues en las noches los tecolotes también buscan comida y no queríamos ser la cena de nadie de ellos.

Al llegar el lanzo otro pequeño conjuro al aire y regrese a mi estado de humano, con mis largas piernas inútiles que no corrían nada y a merced de la inclemencia del frío de la noche. El me despidió y se metió en su refugio.

Camine pensativo hacia mi casa.

Quienes somos nosotros los humanos que no tenemos piel de conejo para sobrevivir los fríos de las noches?
Cual es nuestro equilibrio con el mundo?
Con la naturaleza?
Cual es nuestro concepto de el Superior?
Como afrontamos la vida y la muerte?
Porque no podemos situar a los conejos a nuestra misma altura de vida mediante un conjuro?

En eso y mucho mas los conejos son superiores a nosotros. Creo...Por lo menos un tecolote no me iba  a buscar para comida esa noche,  en mi estado de humano, pero, y lo demás? 

Leo Mondragón
  
Relato basado en un sueño.