sábado, 15 de octubre de 2011

DESINTEGRATION

"DESINTEGRATION" oleo sobre tela, deshechado y tirado a la basura, firmado y fechado Sept. 2011 por Leo Mondragon

“DESINTEGRATION”
Por  Leo Mondragón
Ayer me perdí. Yesterday I lost myself. I lost myself in the world. Me perdí de todos aquellos que me aman. Me perdí de Dios, del mundo, de mi mismo.
Erick Satie toca suavemente su piano mientras camino a casa de regreso. Abatido.
Un armadillo rasco la tierra para formar desesperadamente un hogar. Algo en que anclarse. Algo que nunca sucederá…
Las gaviotas vuelan a su alrededor buscando comida.
Un pescador tira su red al mar.
La Mar me mira con nostalgia.
Nostalgia lejana…amo a la Mar! Pero no es mía…
Una estrella me alumbra con su brillo.
Me alumbra, me alumbra con su amor divino!
Mismo que no veo. O trato de no ver.
Y que rechazo. Estúpidamente.
Trato de rechazar!
Y no puedo…
Mientras la vida me jala hacia ti con una fuerza mayor a mis ímpetus…
La reina ríe en la lejanía.
Y todo mi mundo dentro de mi cabeza se desmorona con cada carcajada suya!
Ríe de mi!
Ya no tengo donde ir…Dios mío…ya no tengo donde ir!
Oh soledad! Gracias por recibirme en tu regazo…

lunes, 10 de octubre de 2011

EL NAHUARMADILLO

"Ve mis ojos, soy un Nahuarmadillo..." fotografia digital


EL NAHUARMADILLO
Un relato de Leo Mondragón

Buenas noches, mi nombre es Leo Mondragón, y el día de hoy, 10 de Octubre 2011 de la era de nuestro señor Jesús Cristo, he decidido confesar al mundo mi hasta ahora innombrable secreto.


Sucede que no sé como obtuve lo que tengo, o si acaso alguien me lo heredo, o alguien me lo pego o me impuso alguna maldición, no lo sé, tal vez nunca lo sabré. El único indicio de que era diferente me lo dio a entender un viejecito que vivía solo en una chocita junto a mi casa de la niñez. Los niños siempre se alejaban de él pero por alguna razón, a mi no me causaba miedo. Todas las tardes, después de la escuela y mis quehaceres, corría a su casa a que me platicara. Siempre me platicaba de la luna y de cómo debía siempre entender las maneras del cielo nocturno. Un día, mi viejecito enfermo de gravedad, recuerdo que mis padres me llevaron a despedirme de él, pues su muerte era inevitable. Sabiendo que iba a morir, todos pasamos por su cama para despedirnos, pues había entrado en coma. Cuando me toco a mí, le dije quedito al oído cuanto le quería y cuanto lo iba a extrañar…clarito vi como una lágrima rodaba por su mejilla y su dedo milagrosamente se alzo para indicar la luna que brillaba a través de la ventana, la luna de cuarto menguante. Después de esto, murió. A nadie le he contado esto en todos estos años, y ese recuerdo me ha seguido para siempre.

Desde ese día, cada vez que hay luna de cuarto menguante me transformo. Pero no a la media noche como cuentan la mayoría de las leyendas, solo es en la madrugada, por ahí pasadito de las dos o tres de la madrugada…no sufro de dolores por mi transformación física, solo estoy dormido soñando en un instante y en el otro, ya ando por ahí transformado, y no me transformo ni en lobo, ni en perro, ni en gato, ni en águila, ni en tecolote, ni en coyote, ni en nada así, menos en monstruo…solo me transformo en un armadillo. Un simple y sencillo armadillo.

Desde que supe mi situación, empecé a indagar acerca de las transformaciones de los hombres en animales. Por aquí en estas tierras se acostumbra a llamarles nahuales. Luego entonces, creo que soy uno de ellos. Sin embargo, la característica mística de dichos seres es que aparte de transformarse en animales, son brujos. Yo no soy brujo ni sé nada de brujería. Pero por mi transformación, es la definición que más se acerca a lo que me sucede.  

La primera vez que me transforme, comenzó en un sueño. Recuerdo que estaba soñando que iba corriendo muy de prisa al ras de la tierra y la hierba. Sentía algo raro en la espalda que me pesaba un poquito. Trate de quitármelo mientras corría pero no pude. La sensación de traerlo se fue desvaneciendo mientras corría. Pat pat pat pat pat pat pat pat! Alla iba yo corriendo en la tierra! Con asombro sentí que corría en cuatro patitas que tenían unas uñas muy largas y filosas. Llegue a una ladera donde había un hoyo y me metí, recuerdo que corrí dentro del hoyo como justo de mi medida, lo suficientemente alto y ancho para que yo pudiera pasar rápido y con  comodidad. Al final del hoyo había una antesala muy espaciosa, en donde había una velita encendida en el centro, y del otro lado, otro hoyo a medio empezar. Recuerdo como me puse a rascar la tierra con mis grandes uñas y le avance al hoyo que estaba construyendo. Y de repente estaba de nuevo en mi cama, había amanecido. Al principio pensé, que raro sueño! Pero luego vi mis manos y uñas llenas de tierra y la aceptación de mi destino cayó en mi mente como una taza que se rompe en mil pedazos en el suelo.

Durante toda mi infancia y juventud escondí este secreto de mis padres, familiares y amistades. Muchos me decían que dejara de morderme las uñas de las manos, pues poco sabían que se me gastaban en los hoyos que rascaba. Por lo mismo, de joven adulto, las relaciones personales y amorosas que tuve las terminaba antes de que empezaran a sospechar de mí, pues vivía atormentado de que descubrieran mis transformaciones. Y así transcurrieron los años, de aquí para allá, recorriendo lugares y cambiando de tierras, siempre al pendiente de las enseñanzas del viejecito ese que se me murió, y del cielo nocturno, de las etapas lunares y sus ciclos.

A pesar de los inconvenientes, he llegado a estimar mi otro yo, mi ser armadillo. He aprendido que dentro de su caparazón me puedo hacer bolita y esconderme del mundo que me rodea y de las cosas que me hacen daño, con facilidad. Ahí encuentro mi pequeño mundo en donde mora la tranquilidad y la paz, que a veces añoro tanto en mí ajetreada vida de humano y de este mundo el cual a veces es muy cruel.

Pero aun y en mi estado de armadillo, siento que mi corazón late con la fuerza de la vida y la pasión. Muchas han sido las noches en que aparte de rascar la tierra, aprendí el arte de pintar. Y me gusta tanto, que espero con ansia las lunas menguantes para transformarme y correr hacia los hoyos donde tengo mi parafernalia de pintar. Llego a las antesalas que construí y enciendo mi velita. Allí dibujo y pinto todos mis sueños que me suceden y recorren mi mente y mis ansias. Pinto y dibujo cosas de la vida, pues la muerte siempre me ha aterrorizado. La odio porque siempre se ha llevado a las personas que he querido y han significado algo en mi vida. Sé que algún día pronto llegare a ella y en silencio sufro pues se que ya no podre pintar mas cuando el día de mi muerte llegue. Aun así, siempre trato de sonreír y lidiar con mis miedos.

A veces, cuando reina la calma en mi interior, y transformado en mi yo-armadillo, voy a ver a mi gran amor, la Mar. De ella no me tengo que esconder y siempre está ahí para mí. Me gusta llegar a ella y sentarme ahí juntito y escucharla, pues su voz viene con las olas que van y vienen a mis patitas de armadillo. Me siento ahí en sus playas mientras la luna decreciente nos alumbra. Ella me platica cosas, solo cosas, de mundos lejanos de los cuales yo soy un extraño. Me gusta escuchar que me cuente sus cosas, y ahí me quedo, viéndola, escuchándola y admirándola, confieso que siempre he estado muy enamorado de ella y su voz tranquiliza mi pequeña alma de armadillo, hasta que el sol nace en la mañana y me avisa que es tiempo de irme. Cuando me voy, siempre me despido de ella con un beso bien saladito. Aunque a veces al besarla me descuido, pues me sumerjo en su gloria, y terminan por revolcarme una ola o dos.

Y es así, como por fin después de media vida, he llegado a relatar mi secreto.

Amigos, soy un  Nahuarmadillo.

jueves, 15 de septiembre de 2011

sin titulo






Ven, siéntate aquí tantito, quiero mostrarte algo…

Lo diré muy quedito a tu oído, para que nadie escuche… ven, acércate…

Ves estos ojos grandes y negros?

Son tuyos.

Son tuyos y son míos.

Últimamente son más míos porque solo yo los miro. Hay días en que amanezco y los veo y me pregunto, a  donde habrá ido el universo? Porque no habrá color que vista a la vida? Cuanta negrura!

Y luego sucede que en otros días están llenos de colores. De tantos colores que tienen solo se ven blancos. Hasta los cristales donde me veo se turnan negros de tanta blancura que emana de ellos.

Estos días siento que mis ojos se están muriendo…se están muriendo porque ya no los ves. Ya no brillan ni con negrura ni con colores. Solo están ahí, sin hacer nada. Y no hacen nada porque no hay nada que hacer. Hay ojos que no pueden hacer que otros ojos brillen por ellos. Y los míos no pueden hacer que los tuyos brillen con mi luz. Creo que nunca pudieron.

Aun así, siempre trato de sonreír...


lunes, 5 de septiembre de 2011

SIETE FLORES ROJAS AL VIENTO


"Siete flores rojas al viento" acrilicos sobre tela, firmado y fechado Sept. 2011 por Leo Mondragon


-Oxigeno! Rápido, se nos va!

Los paramédicos trataban inútilmente de reanimar mi desahuciado cuerpo.

-Adrenalina Doctor?

-No, es muy tarde, inútil revivirlo…denle espacio por favor…

Era difícil escuchar sus voces entre los ruidos del tráfico y la sirena de la ambulancia.

Cierro los ojos por última vez mientras en mi mente caigo pesadamente al mar. Trato de nadar con mucha fuerza hacia la superficie, hacia la luz que se refleja en miles de rayos multicolores luminosos. Llego a arriba mientras una enorme ola me pega de frente y me arrastra de nuevo hacia abajo. Siento que me falta el aire, con mucho coraje y lo último de mis fuerzas logro subir y nadar a la superficie, veo a lo lejos una playa y voy desesperadamente hacia ella. Nado como puedo a través de la línea de las olas que me llevan hacia tu isla, tu isla desierta de nosotros en donde ahora solo habitas tú, la que no me mira, la que no me habla, la que no me atiende, la que me ha olvidado…

Me arrastro entre la arena escapando las olas, cansado, pero feliz! He vencido el mar, si! Soy victorioso! He salvado la vida!

Limpios mis ojos del agua salada y miro a mí alrededor. No hay nada. Solo unas flores rojas al viento en un montecito a lo lejos. El viento las toma y las mueve como la mano de Dios ha movido mi vida. Algo en mi interior me dice que he llegado a casa. A mi última morada.

El sonido de la sirena y el tráfico se extingue mientras las olas bañan mis piernas con la nostalgia de la vasta soledad de lo inalcanzable... miro hacia el mar...

Imposible regresar.

sábado, 20 de agosto de 2011

"Flores y la Mar" oleo sobre tela, firmado y fechado Agosto 2011 por Leo Mondragon




Flores y Mar

Por Leo Mondragón

Hoy voy a ir al mar. Voy a ir solo para tirarme ahí en la playa y dejar que el sol me cubra con su manto de nostalgia cálida. Voy a cerrar los ojos y sentiré su calor penetrar mi piel y mi carne. Voy a dejar que repose su ser sobre mí y me haga dormir. Eso es, dormiré bajo el sol! Solo un ratito. Y voy a soñar contigo. Voy a soñar que estoy de nuevo junto a ti. Que estamos juntos de nuevo haciendo no se que, haciendo cualquier cosa, haciendo tal vez, no sé, umm…déjame ver…ummm ya se!!!, Si!! Esquimos! Si, unos deliciosos esquimos de fresas con lechita y los llenamos de hielo frappe! Quien lo pensaría, hacer esquimos! Qué locura! Pero de eso se trata la vida, de hacer locuras.
Locuras!

Locuras tontas.

Locuras que a nadie jamás se le ocurrirían, solo a los locos.
A mí me gusta hacer locuras.

Las hago todo el tiempo. Algunas son demasiado locas para contar, pero las hago, no sé por qué. A lo mejor porque estoy loco.

Tal vez preguntes, es una locura hacer esquimos! Habiendo tantas cosas que hacer! Podríamos ir a desayunar, podríamos ir a ver una peli, o a algún bar, o a caminar en un panteón, porque no? O solo platicar, o irnos a escondidas a encerrar a algún lugar y hacer el amor y conocernos, por fin…o solo a andar por ahí, no haciendo nada más que tomar nuestras manos y vernos a los ojos y contarnos nuestras vidas… pero hacer esquimos? Qué locura!

Pero todo se vale en esta vida! Todo! Porque hacer esquimos? Pues, nomas! Es importante recordar que a pesar de ser tan bella la vida, nos lleva de la mano hacia la muerte. La muerte inevitable, ese estado del ser en donde uno ya no es quién es. Es un camino inevitable. Por eso, lo que suceda en ese camino, depende de nosotros. Vivirlo al máximo haciendo todas las locuras que quieras. Todas! No sé, todas! Hay tanto por hacer! Pero solo los que se atreven pueden llegar a ese estado supremo en donde todo mundo nos diga que estamos locos. Es un estado de inmensa felicidad. Yo estoy loco, me vale lo que digan, me gusta que me digan que estoy mentalmente tocadiscos! Porque en ese estado es donde mora todo lo que siento por ti. Y todo lo que siento por ti tiene una belleza más grande que el mar y más bello que el color de todas las flores del mundo. El mar y las flores.
Pero bueno, hoy no hare locuras. Solo me tirare en la playa y voy a dejar mi vida en stand-by mientras mi mente monta el viento y vuela hacia tu mirar…

No voy a hacer nada…solo imaginar, imaginar que hoy yo seré el mar, y tu las flores, o al revés, yo las flores, y tú la Mar…

jueves, 4 de agosto de 2011

LA VENGANZA DE MIS PANCITOS

Un cubilete, un nido, y lechita sobre mantel bordado

LA VENGANZA DE MIS PANCITOS
Por Leo Mondragon


Ya esta! Se ven bien! Tomo la cámara y flash! Ahí están en la pantalla captados para siempre mi nido, un cubilete, y mi vasito de leche. Ja! Se ven muy bien! Los contemplo un rato, me gusta la composición de la foto, llena de colores alegres…alegres…alegresss…al-egres…a-ele-eg-res. Llenos de alegría. Alegría! Y además olían bien. Wow! Esta merienda va a estar de mega lujo! Estoy muy contento. Acerco la silla  a mi mesa y me siento, listo para merendar!

En eso, de la nada, me asalta un terrible pensamiento. Me pregunto si mis pancitos saben que me los voy a comer.  Ellos no han de estar alegres. A lo mejor están aterrorizados! No! Y qué tal si se están cagando de miedo? Y si están temblando de terror! Los veo ahí en mi platito y me los imagino hincados y rezando, suplicándole a sus Dioses que les concedan un único deseo, el de vivir!

Dios mió…que terrible muerte les espera. Sentí mucha compasión por mis pancitos. Me les acerco y les digo cosas para tratar de aliviar su alma:

Yo: No se preocupen, todo estará bien! el fin será rápido e indoloro!

Ellos: Guey!!! Indoloro? No manches, nos vas a masticar! Crees que eso no dolera?

Yo: OK, lo acepto, será un poco doloroso, pero tratare de comérmelos despacito para que no les duela!

Ellos: Despacito!!! Ja!!, vaya que tienes cerebro…no manches! Así vas a prolongar nuestra agonía! Mejor métenos de nuevo en la panera y ahí nos dejas vivir para siempre!

Yo: Oh! Chingaos! Pues que quieren! Yo  también estoy en un aprieto aquí saben, me los tengo que comer, tengo hambre y ustedes huelen rico!

En eso, mi mujer, que estaba a tres cuartos al fondo, me dice desde lejos “con quien hablas amorcito?”  Santo Dios!  Como me pudo escuchar! Me quedo asombrado! No puede ser! Sus oídos deberían de trabajar para una de esas agencias secretas que estudian los sonidos que vienen del universo…del universo muy lejano…
-Con el Santo Niño de Atocha! Le contesto -me vino a visitar! Ella se queda callada. No le gusta que sea sarcástico.
Vuelvo a mis pancitos. Ahora se estaban abrazando y titiritando de terror.

-no nos comas por favor! Solo somos unos indefensos pancitos, no le hacemos daño a nadie! No seas cabron, déjanos vivir! Por favor!
Empecé a sentir compasión por mis pequeños amigos. Tenían razón, no le hacían daño a nadie!

-Ok, ya dejen de llorar, los meteré en la panera y mejor me como unos Corn Flakes, pero por favor, dejen de lloriquear, si? Parecen nenitas ahí todos abrazaditos…

En eso llega mi mujer a la mesa.
-Ya estuvo! a ver, con quien hablas?

Me le quede viendo asombrado, no la escuche llegar. Me dio la impresión que llego flotando en el aire. 
-Con nadie Xitlaly! ya ves! No te digo! tu escuchas voces dentro de tu linda cabecita!

-No me hagas guey amorcito! A ver, donde está el celular?




-Se fue de vacaciones a Madrid…
-No te hagas el chistocito amorcito! me dice riéndose y tratando de encontrar el aparatejo entre mi ropa. Siempre la hago reír. Tal vez por eso me quiere tanto. De repente se para, acerca su rostro al mío, y me ve derechito a los ojos.
-Estás hablando de nuevo con tu comida verdad?
-Claro que no! Como crees?  Le mentí.
-Claro que estás hablando con ellos…con tus pancitos!

-Estas mal! cuales pancitos?

-Estos!

Toma el platito con mis pancitos. Agarro el cubilete con las yemas de sus deditos porque al parecer se estaba pintando las uñas, y lo acerca a su boca.

-A ver, dime, que te decía este pancito? Vi como el cubilete se retorcía ferozmente tratando de liberarse de la garra opresora de su antagonista.
Santo Dios! Mi cubilete estaba en terrible peligro, esto era serio! Trate de actuar normal. Cualquier error mío enviaría a mi pancito a una muerte espantosa y segura. Me le quedo viendo serio a mi mujer.

-Xitlaly los panes no hablan!  no seas infantil.
-Claro que hablan, ve este me está diciendo “cómeme mi dulce y bella doncella cómeme!” jugaba con mi cubilete moviéndolo en el aire y moviendo sus caderas, haciendo como si fuera a morder mi pancito…
-El pancito no te está diciendo nada Xitlaly, lo sabes, ven, déjalo en el platito y ve y sigue pintándote tus uñitas…anda…que te están quedando bonitas…

-No me iré!- me dijo sonriendo, y en eso, zaz! que le da una mordida a mi cubilete!
Yo la vi horrorizado sin poder hacer nada. No podía! No podía des-encubrirme y que se diera cuenta de que estaba hablando con mis pancitos, creería que estoy loco! Me sentí fatal, traicionero, con las manos amarradas viendo como se comían a mi protegido. Clarito vi como mi cubilete gritaba de terror mientras los dientes de mi mujer descendían en cámara lenta sobre el. Dentro de mi mente escuche sus pequeños huesitos desquebrajarse ante la presión de la mordida,  escuche su minúscula voz gritando de dolor mientras era ferozmente despedazado y triturado en esa mordida.

-Umnta! , sabes, como que este cubilete está un poco duro, a ver, voy a probar el nido. Dejo el cubilete en el plato y agarro el nido.

No!!!!!!! Grite dentro de mí! Vi como al nido se le fue el color mientras clamaba misericordia! Sin más ella le dio una mordidota mientras el nido se desmayaba  en su mano, vencido por el escalofriante horror de su suerte.

-Um um! Este está mejor, si, ummm si! sabe rico amor! A ver, dame lechita…acerco su cara a la mía, tomando lentamente de mi taza.

Mientras bebía se me quedo viendo a los ojos muy cerquitas, como tratando de descifrar que estaba pensando, o sintiendo, después de haber mutilado a mis pequeños amigos. Yo no emití sentimiento alguno, pero por dentro mi corazón estaba destrozado…tendría que cargar con el peso moral de estas  pequeñas muertes por el resto de mi vida…

Claro, para ella solo eran pancitos. Pero eso era precisamente lo que ella trataba de descifrar en mi mirada. Mientras masticaba lentamente los pedacitos de mis protegidos, entrecerró los ojos y me dijo muy cerquita al oído con su vocecita sensual de “femme fatale”  –que ricos pancitos amor, bueno, me voy a seguirle a mis uñitas, te espero en la camita chiquito, no tardes!  Me dio un besito y se fue, así nada más, moviendo sus caderas y volteándome a ver coquetamente antes de desaparecer en el hall.
En la mesa, solo dejo atrás muerte y desolación. Mis pancitos maltrechos agonizaban los últimos instantes de su vida. Me les acerque a su lecho de muerte.

-lo siento amigos, lo siento mucho! En verdad!
-no te preocupes! Ahora, acaba con nosotros, no nos dejes asi! Danos una muerte decorosa, pero promete, tienes que vengar nuestra muerte!!! Y asegura que nos recuerden en el futuro, que nuestra existencia no haya sido en vano! Despídete de los nuestros! Adiós mundo cruel! Adiós vida!  Ahhhhh! Ahhhhh! Sentimos frió…mucho frió….ahhhh….

Con un último aliento, cerraron sus pequeños ojitos y se difuntearon en mi platito.

Me jure a mi mismo que su muerte no sería en vano. Tome sus restos y me los comí, despacio, deleitándome con su sabor! Tan ricos! Sentí como sus cuerpos se transformaban en alimento, en sustancias nutritivas. Con mi lechita ayude a los restos de mis amigos a descender dentro de mi cuerpo para transformarlos. En la recamara las caderas de mi mujer me esperaban mientras mis pequeños amigos se transformaban lentamente en energía, que llenaba mi sangre del don de la vida! Mis amigos, ya convertidos en partículas con fuerza nuclear, empezaron a recorrer mi torrente sanguíneo, adhiriéndose a los miles de millones de células que recorren mi cuerpo, listos para invadir los músculos y saltar a la acción, formándose un enorme y formidable ejercito listo para luchar por la causa!!! Ahí los vi, en la imagen de mi mente, a mis pancitos repartidos entre miles y miles y miles de pequeños soldaditos formados en líneas que se perdían en el horizonte, armados hasta los dientes, listos y gritando todos al unisonó, VENGANZA!!!!!  VENGANZA!!!!  VENGANZA!!!!


Con este grito de guerra abanderando mis pasos y exaltando todos mis sentidos, me fui a la recamara, listo y armado, a vengar la muerte de mis pancitos…

Fin

martes, 12 de julio de 2011

21 Kilometros





21 KM
Por Leo Mondragón

6:33 am. Todo tranquilo en la calle, salvo los cantos de los pájaros en los arboles y el leve zumbido del trafico que está empezando a despertar la ciudad. Hago un checklist mental rápido…I Pod y audífonos, ok, Nike App y playlist, ok, playera, ok, gorra, ok, licra, ok. money, ok. Tennis, ok. Todo lo material, ok. Es que esto de la corredera es entre dos, materia y físico. Físico y materia. El uno complementa el otro. La materia no corre sola. Necesita del físico. Es el complemento.

Ahora a checar la parte física. Estiro las piernas largamente, los brazos, la espalda, hago 20 jumping jacks, me tenso los tobillos, los suelto, estiro mis muslos y pantorrillas de nuevo, corro parado en mi lugar 30 segundos y listo! Hoy voy a correr un M&M…no, no es los chocolatitos, es un medio maratón. Le pongo play al pod, y la vocecita de la aplicación me dice alentadora al oído “Beginning Workout”. Suspiro hondo, y ahí voy!

Wow, se siente bien esto! La mañana no puede estar mejor, está nublado, no hace calor, no se siente mucha humedad, el clima perfecto! Mientras voy corriendo siento las agujetas de mis tenis…están un poco apretadas, si no corrijo esto va a haber consecuencias más adelante. Me paro y me arreglo las agujetas. Las aflojo un poco. Listo, ahí está!!! Se siente mucho mejor! Ahí voy de nuevo!

El thumpis thumpis de la música del I Pod suena en mis oídos mientras empiezo a circundar el Centro del Convenciones. Como muchas veces, me percato que de nuevo hay mucho excremento de perros. Los ricos de por aquí siempre hacen lo mismo, sacan a pasear a sus estúpidos animales para que no les dejen la mierda en sus enormes y fastuosas casas y condos. Triste, pero cierto. Son muy contadas las personas que a veces veo que sacan a sus perros a pasear y les van recogiendo sus gracias en pequeñas y graciosas bolsitas de plástico. A veces me pregunto porque la humanidad se ha rebajado tanto? Recogerle su caca a un perro? Les hemos enseñado tanto, a cazar, a pelear, a ser perros policías, a ser nuestros ojos en los casos de invidentes…porque nadie se ha puesto listo y los ha entrenado a recoger su shit? Sé que no tienen pulgares y el acto de levantar algo con sus patas sería imposible, pero por el bien de nosotros, algo se tiene que hacer! Hemos llegado a la luna, por todos los cielos! Es denigrante… A veces los veo por aquí, a las personas más ricas y poderosas de los alrededores, recogiendo lo que dejan sus perros y me da risa. Pero bueno, es un país libre. Creo. Todo esto pienso mientras voy esquivando las minas por toda la banqueta. Minas orgánicas.

-Three point five kilometers- me dice la vocecita del I Pod. Hora de dejar el Centro de Convenciones.

Me dirijo hacia Icacos por la Costera. Ahí voy, disfrutando del ejercicio, sintiendo el latido de mi corazón, empiezo a sentir el sudor empapando la parte superior de mi playera. Clima Cool según. Mis polainas, nada es clima cool, solo un truco publicitario. Las grandes compañías gastan enormes cantidades de dinero en tratar de hacerte guey, para que pienses que una tela se va a secar sola mientras la llenas de sudor. O sea, en qué cabeza cabe? Puras madres que! Pero trato de no pensar en ello.

Pienso en mi recorrido. Lo tengo todo planeado. Correr a un paso tranquilo y decente, entre 7.30 y 6.50 minutos por kilómetro. El recorrido lo voy a dividir en tres, bajando el ritmo a casi caminata cada 7 Km. para recuperar el aliento, y abastecerme de alguna bebida hidratante que comprare en el camino. En la bolsita de la licra tengo un billetito de 50 pesos enrolladito para este fin.

Ahí voy por la costera hacia la glorieta de Icacos. En el camino, varios antros arrojan a la calle sus desechos humanos. Paso frente al Baby O y ahí están los borrachitos, saliendo apenas de una noche de gran peda. Les sorprendería saber a quién he visto salir de dichos lugares vomitando sobre las jardineras. Las personas que mas admiramos de la farándula y las televisoras convertidas en piltrafas humanas por el alcohol y la desvelada. Y hasta drogas creo. Hoy no veo a nadie importante salvo a unos cuantos yuppies jóvenes que ya despilfarraron el dinero de papi y se están fletando unos “hochos” en el puestito de la esquina junto al hotel Tropicano. Hot dogs! Asco! ni cuando era pobre comía esas madres! Jejeje! Sigo mi carrera.

-Four kilometers completed- me dice la vocecita de la aplicación. Sigo mi camino, el tráfico comienza a aumentar en la costera. Veo a todos aquellas personas que van hacia sus trabajos en los grandes hoteles y negocios bajándose de todos los transportes públicos…taxis, combis, camiones. Todos van hacia las ocho horas o más que les esperan de friega en un Domingo cuando todos deberían de estar descansando, o haciendo un desayunito, haciendo ejercicio, o echándose el mañanero, o yendo a misa. Este es mi México de hoy, pienso, el México negrero…puto Gobierno pienso, estamos peor que nunca! Veo a toda mi gente caminando cabizbajos hacia la inclemencia de las ruedas de la esclavitud. Nadie debería trabajar en Domingo! Puto, puto Gobierno de shit! Sin embargo viendo todo esto, sigo mi camino.

Llego a la glorieta de Icacos, doy la vuelta en la otra acera del Grand Hotel, y prosigo mi carrera. Ahí voy, sintiendo los primeros síntomas de calor en mi cuerpo. Calor, calor!

-Five kilometers completed- me dice la voz del I Pod. 33 minutos recorridos, voy ok. A mi ritmo. Bien!

En mi mente, pienso que estoy a dos kilómetros del primer puesto de abastecimiento. Ahí voy, echándole ganas. El trafico ya aumento en consideración. Voy pasando todos los establecimientos de la costera mientras estos se despiertan de su letargo de ensueño…la Plaza Oceanic, las artesanías, el Ci-Ci, el Sr. Frogs, el Mc. Donalds, el Planet Hollywood y demás...

Llego de nuevo a la glorieta de Convenciones, paso los bancos que hoy no abren, y prosigo por toda la avenida hacia el Sanborn´s Condesa y el Vip´s. y ahí está el Oxxo. Mi primer puesto de abastecimiento.

-Seven point cero kilometers- me dice el I Pod…Me meto al Oxxo y compro mi primer Gatorade. De lima limón! Lo malo fue que el chamaco que me cobro me dio pura monedita de cambio. Prosigo mi camino con un monton de monedas en la bolsita de mi licra y sonando como alcancía. Pinché escuincle! Me torció! Ahora estas moneditas van a ir sonando todo el camino como campanita de vaca… qué pena! Pero ni pedo! Reduzco mi paso mientras me bajo la bebida…siento el liquido inundar mi sistema, tan rico y refrescante!

Avanzo en paso de caminata casi medio kilómetro…luego vuelvo a mi paso. Ahí voy, corre y corre como el Forrest Gump.

-Eight point five kilometers- me dice la vocecita. Wow! El cansancio se está haciendo presente en mi sistema, sin embargo, el hecho de venir a casi la mitad del camino me hace recobrar nuevas fuerzas. Voy pasando todos los demás antros de la costera, el Mojitos, el Barba Roja y los antros gay…veo salir de estos lugares a mas escorias humanas de diferentes sexualidades…Dios, que nos pasa a la humanidad! Me pregunto…ahí voy corriendo entre los que corren de sí mismos y sus vicios…una camioneta de basura está en la costera recogiendo toda la inmundicia de la noche anterior…no me sorprendería que algunos seres se treparan en ella, para que los lleven a donde se tira la mugre de la ciudad…

Sigo mi camino…ten kilometers me dice el IPod! Yei! A casi la mitad del camino! Paso el hotel Playa Suites y prosigo!

A estas alturas, ya vengo completamente empapado en sudor. Me quito la gorra y la exprimo. Wow! No manches! Esta super mojada! Me la vuelvo a poner, y me exprimo la playera! No manches, de donde sale tanto liquido! Yo de por si sudo un buen, en todo! pero hoy me sorprendí! Voy bien! me digo a mi mismo!

Paso la Gran plaza, con sus decenas de establecimientos…y me dirijo hacia el asta bandera! Mas gente, mas tráfico, mas corredores en la acera. Todos con un mismo fin. Extralimitarse. Esa es la palabra. Nadie corre de okis. Todos se están probando a sí mismos. Los veo y veo mi mirada en ellos. Y prosigo, llego al asta bandera! Yessss!!!

-Tuelv point faiv kilómetros…ya no escucho bien el I Pod…estoy sintiendo mucho cansancio, las piernas me empiezan a pedir descanso, y mi mente ya no piensa en claro. Avanzo un kilómetro por la misma acera de la costera junto al mar. Veo a los pescadores que están recogiendo sus enormes redes con mis hermanos atrapados en ellas, hacia una muerte segura que terminara en vendimia y lucro para unas cuantas familias de asesinos seriales, pues lo hacen todos los días no solo en Domingo, acabándose el océano, acabándose a mis hermanos los peces, acabándose la vida… y nadie los mete al bote…

-Fortin kilometritos complited- escucho al I Pod. Bajo otras circunstancias, siempre he maldecido el hecho de que hay un Oxxo en cada puta esquina de las calles del puerto, pero ahorita, con esta sed, es una bendición. Me compro otro Gatorade, pago con mi abundante cambio, y prosigo mi camino, a paso muy lento, mientras me tomo mi bebida! Ahí voy, corriendo a paso moderado sobre mis pasos, ya no veo los establecimientos ni lo que pasa a mí alrededor, tu recuerdo me llega a la mente en oleadas de sudor, de sudor lleno de sal…de sal del mar…

-Sicstin kilometritos al chaleco!- Wow! Ahí la llevo! Por un momento, pienso en la voz del I Pod, es sumamente agradable. Me imagino que esta chava de la voz ha de haber sido alguna estrella porno. O algo. De seguro ha de ser bien golfa. Sigo mi camino, el tráfico ya es intenso, el sol empieza a salir de entre las nubes. Uta madre, lo que me faltaba! Calor sobre calor! Y en este tramo no hay ni una pinche sombra!

Siento algo de desesperación. El kilómetro 17 siempre ha sido pesadísimo para mí. Voy corriendo y ya delirando por el cansancio…siento mucha sed, la boca seca, los inconfundibles síntomas de la deshidratación. Pienso en todos aquellos seres humanos perdidos en los desiertos del mundo buscando agua. Dios, que fea muerte para los que no la encontraron! Y para los que sí, no manchen, que chingona suerte! Miles han de haber muerto así…

Ya vengo delirando. -Eitin punto faiv kilomelitors recorridos- me dice esta chingadera…paso una tiendita y veo un anuncio de cerveza Indio…Dios, daría mi vida por una Caguama ahorita! Y unos taquitos de carnitas con cebollita y cilantro…por un segundo siento mi estomago dar un vuelco…y pararse ante el recuerdo que solo traigo menos de veinte pesos en cambio, con esto me paro en otro Oxxo y me compro mi ultima bebida hidratante…se me termina el dinero… prosigo mi camino…

A esta altura del recorrido ya vengo sudando todo. Las piernas, los brazos, los pies, la espalda, todo, todo mi cuerpo viene sudando. Hasta el ombligo me suda! Hay personas que no creen que el ombligo sude. Falta de criterio y sentido común! Si la cola suda, que no sude el ombligo! Vamos, sean abiertos! Son solo agujeritos…

Naintin-point-faib kilómetros me dice la golfa esta…estoy tan cansado, me siento al borde de la muerte…todo mundo se encomienda a un poder superior cuando sabes que se acerca el fin…desde siempre creo…en mi delirio me viene a la mente un cavernícola mientras le salta por la espalda un gatote esos de dientes de sable…que habrá dicho el pobre cabron? En ese entonces, las groserías no existían…no pudo haber gritado “a la mierda ya me cargo la chingada!!!” no, no creo…quien sabe que habrán dicho esos pobres cabrones me dije a mi mismo, Chuchito, ayúdame en esta mi encomienda! Ayúdame a terminar mi medio maratoncito! Siento que mi sangre esta en el punto de ebullición. No hay ninguna señal de viento, tan solo refresca un poco el aire que toco cuando paso. Siento tanto calor que puedo ver olas de calor surcando el cielo. Cada paso que doy siento como si las piernas se me fueran a deshacer como si fueran de chocolate.

Tuenti kilomelitros dice la vocecita…en eso, llega de pronto, un inmenso y enorme alivio, ya chingue! Ya los tengo! En este punto, se que el medio maratón ya es mió! Yeiiii! Hurrahhh! En mi cansada mente me llega una alucinación, me veo corriendo este ultimo kilómetro y entrando a un gran estadio, lleno de todas las personas que conozco! Todos! Mi reina y toda su familia junto con los suyos! Mis padres con mis hermanas y sus familias…Mis amigos, los amigos de mis amigos! mis compañeros de trabajo, mis clientes, todas las personas que conozco! Hay papelitos y globos volando por todo el aire del estadio! Todo mundo gritando al unisono! Wow, que chingon se siente esto! Único! Por los altavoces del estadio escucho mi nombre –Y aquí viene, desde Acapulco Guerrero, Leo Mondragón, mal escritor y seudo artista pintor, con 2 horas y 33 minutos de recorrido, démosle un fuerte aplauso por el esfuerzo!- el estadio estalla en jubilo! Hay varias camaras televisivas que se acercan para el close up de la meta. Una horda de reporteros se acercan con sus micrófonos todos queriendo mis primeras palabras. En una enorme mega pantalla me veo llegando a la meta, con el público en las gradas aplaudiendo con frenesi! Viva! Viva! Viva! .

Al pasar por la meta la vocecita de la aplicación me dice –tuentiuan kilómetros y cachito, congratulations! you just finished a half marathon!-

Alzo mis brazos en jubilo y triunfo! Lo hice! Lo hice! Yes!!! Si!!! Lo logre!!!

Volteo y estas tu mi reina, con tu sonrisota de oreja a oreja y aventándome un beso. Apago el I Pod! Se me salen las lagrimas por el esfuerzo y logro obtenido, y le doy gracias a mi Dios por darme esto, este sentimiento tan, tan chingon de logro! Voy hacia ti amor y me desplomo en tus brazos. Me tomas en tu regazo y me limpias el sudor de la frente y de mi cara, susurrándome cosas a mi oído. Todo está bien ahora. Ni la ciudad al despertar ni estos veintiún kilómetros ni todo el cansancio del mundo pudieron conmigo pues fuiste siempre la bandera que me guió!

Recupero mi aliento y abro los ojos. La imagen del estadio y los mios se ha ido. Regresan los árboles y el zumbido del tráfico en la calle. Ah! La vida, pienso…la vida tan bella a pesar de todo…

Estiro mis cansadas piernas y me voy a casa.

A seguir con la vida.

Fin.

miércoles, 29 de junio de 2011

“Luisito Macías”


"Autoretrato en azul" oleo sobre tela, firmado y fechado Junio 2005, coleccion privada del autor.


“Luisito Macías”

Un Cuentito de Leo Mondragón

Luisito Macías y yo nos hicimos amigos en el 1er año de secundaria. Recuerdo bien que ese año había llovido mucho. El pueblo cercano al mío se había inundado de aguas negras y hasta dicen que de las coladeras salió una rata bien grandota y bien hedionda que puso a ese pueblo en jaque. Pero en este pueblo nunca pasaba nada. Y nada hubiera pasado si no es porque un buen día a mi amigo Luisito Macías le colmaron la paciencia. Y es que mi amigo Luisito tenía algo bien raro.

Le gustaba sacarse los mocos.

Nadie sabía con exactitud porque a Luisito Macías le gustaba sacarse los mocos.

Yo sabía que Luisito simplemente era tímido y le ganaban los nervios para todo lo que quería hacer. Y se refugiaba en su manía. Era solo una manía! Muchos del pueblo tenían manías. Por ejemplo, unos se mordían las uñas, como Florecita la hija de Doña Facunda la verdulera. Se las mordía hasta la merita carnita y ni los palazos de la verdulera le habían quitado esa manía. Otros, como Don Gustavo Gorostieta, el viejito más viejo del pueblo, tenía la costumbre de sentarse todas las tardes afuerita de su zaguán. Esta era costumbre, su manía era verle la cola a las chamacas cuando pasaban por ahí. Sarita Bonfil, la hija del sastre, tenía su manía, pero yo no sabía cuál era, solo sabía que todos los chamacos grandes del pueblo la frecuentaban seguido, claro, a escondidas de su papa. Hasta el viejo comisario municipal, Lucas Oviedo, tenía su manía! El gustaba de tomar los dineros de las arcas de la tesorería comisarial del pueblo para comprarle cervezas a Don Sixto, el de la tienda, que estaba casado con Gertrudis, la que tiene un ojo gris y otro negro, y además nunca sonreía.

Luisito Macías se sacaba los mocos muy seguidos. Lo hacía en todas partes, al despertar, rumbo a la escuela, entre clases, en el recreo, a la salida, en su casa, al hacer la tarea, al ver la tele, y hasta antes de dormir. Lo hacía en la plaza, los domingos de misa, en las ferias del pueblo, cuando llegaba el camión de refrescos, cuando se iba, cuando comía, cuando hacia los quehaceres de su casa o cuando andaba en su bici, no sé, en todos y cada uno de los momentos que me acuerdo cuando estaba con él ahí estaba sacándose un mocote. A pesar de su asquerosa manía, el era mi mejor amigo.

En el pueblo se decían muchas cosas acerca de este mal que le achacaba a Luisito Macías.

Algunos decían que era una manía que agarro desde que tenía 4 años, un día cuando su mama lo perdió en el mercado…dicen que andaba comprándole jitomates a Doña Facunda, la mujer mas chismosa del mercado, y por estar escuchando un chisme, descuido al chamaco… nomás cuando voltio el escuincle ya había desaparecido. Los que vieron decían que nomás se le fueron los ojos ´pa atrás y que se puso a gritar como la Llorona que salió en la película del Santo el Enmascarado de Plata, corriendo por los pasillos del mercado en busca de su hijito…afirman los que presenciaron todo, que iba con la mente trastornada por la congoja y gritando ¡!!ayyy mi hijito!!! Cuando paso por el puesto de las piñatas, no se fijo en las que colgaban en el pasillo, y pácatelas! Que se cruza merito con una piñatota bien grandota en forma de estrella que por dentro tenía una cazuelota de puro barro re-cocido, estrellándose la tatema con semejante piñaton. Dicen que del golpe cayó pesadamente al suelo, desmayada, y que en eso se le acerco su hijito, el cual estaba mero enfrente en el puesto de los juguetitos viendo los luchadores de plástico. Al ver a su madre ahí tendida en el suelo, no supo qué hacer, más que meterse el dedo a la nariz para sacarse un moco bien pegajoso, el cual lo embarro a la cabecita del luchador de plástico que traía en la mano. Algunos dicen que el luchador era el Blue Demon, pero que después del mocote embarrado parecía el Mil Mascaras.

Cuando despertó su mama, Doña facunda la verdulera le llevo un bolillo y una Coca bien fría ´pal golpe y ´pal susto, y luego entre los mercantes, la llevaron cargando con Don Chino, el doctorcito del mercado, el cual le puso 7 puntadas de las meras fieras, de las que cuando se curan parece que el pellejo antes de ser pellejo era un cierre. Y así fueron pasando los años y a Luisito Macías no se le quitaba la manía.

Algunas personas del pueblo decían que Luisito Macías tenía gusanos.

“Denle tecito de ruda y cuachalalate, con eso se le salen por la cola los gusanos” decía Doña Rupertina viuda de Palazuelos, la prestamista del pueblo y la mujer más rica de la región. Afirmaba que el mocoso tenía gusanos en la panza y que estos eran los que se le subían hacia la cabeza y le salían por la nariz. Decía que así le pasó a su sobrinita Jovita, por andar bebiendo agua del pozo sin hervir. Que tenía hartos gusanos y siempre andaba bien moquienta. Un día me acuerdo que la vi en la plaza principal del pueblo y me pareció que le estaba creciendo la panza. Después de eso todo el pueblo andaba chismoseando que se había fugado con el hijo del maestro albañil, Apolinar. A mí se me hacía que fue el tal Apolinar el que le pego los gusanos a Jovita y por eso traía esa panzota, y que de la pena, pues se tuvo que ir con el, ´pa que no la viborearan en el pueblo.

“Muélanle cáscara de guamúchil y póngansela en sus sopas, con esto se le van los gusanos” decía el viejo Tobías, el de la tortillería.

“Eso no le va a servir de nada, quémenle los pies con alcohol y denle agua de nopal ´pa que se le mueran los gusanos!” decía doña Pita Lagunas, la esposa del panadero Casimiro, la cual tenía a su hijito albino.

Su mama de Luisito Macías hizo caso omiso de todas las recomendaciones de la gente del pueblo. Pero un día, harta de la manía de su hijo, le hizo caso a Jacinto el peluquero, el cual le recomendó “Métale bolitas de masa calientita con anís en su anito, con eso se le espantan los gusanos!”

Una mañana de sábado, espero afuera de la panadería de Don Casimiro, y en cuanto salieron los bolillos calientitos, le compro tres. Hizo varias bolitas de masita caliente y las remojo en Anís del Mico, tal y como se lo había sugerido el tal Jacinto el peluquero. Llamo a Luisito y le dijo que se bajara los calzones, porque le iba curar. Luisito nomas pelo los ojos rete grandotes como tecolote y le hizo la corredera hacia la puerta para escapar la infame curación, pero su mama lo alcanzo a detener del pescuezo de la camisa. Entre gritos y manotadas, su mama lo acostó en la cama y le bajo los chones, y una por una, le fue metiendo las bolitas por su anito, mientras el chamaco gritaba de coraje y humillación. Después de un rato, tuvo una chorrera bien fea, de las amarillentas y bien hedionda, y cada vez que iba al baño a aliviar sus entrañas, se le fue formando una idea macabra ´pa vengarse de todos los del pueblo. Una venganza terrible. Esa venganza es la que voy a describir.

El día lunes temprano, Don Jacinto el peluquero le estaba afeitando la barba a Don Filiberto, el esposo de Doña Cleotilde la del almacén de telas. Justo cuando le iba a limpiar una parte de la rasurada a su cliente con una toallita blanca, se dio cuenta de que un enorme moco de color entre grisaceo y verde con una rayita como de sangrita estaba ahí embarrado en su toallita. El escondió la toallita asqueado, pero su cliente lo alcanzo a ver, y se asqueo también, a lo cual le reclamo fuertemente al peluquero y se hicieron de palabras. El incidente paso a mayores, ya que cuando don Filiberto se fue a su casa caminando y escondiendo de la gente que pasaba su media barba no rasurada, le conto el incidente a Doña Cleotilde, la cual, alarmada, se encargo prontamente de pasar el chisme a todas sus clientas del día. ´Pa en la tarde, ya todo el pueblo sabia del incidente del horrible moco en la peluquería, y la población se fue a dormir consternada.

Al otro día, pareciera que todo iba marchar con tranquilidad y el incidente del día anterior habría quedado en el olvido, si no es que de repente la maestra de 1”A”, Chavelita Guadarrama, salió gritando a la plaza de la escuela de la secundaria rural donde estudiábamos, armando tremendo alboroto y gritando lastimosamente que un “alíen” se había estampado y estaba muerto en el pizarrón del su salón.

Su esposo Eleuterio Domínguez, prefecto de la escuela, escéptico de la vida en otros planetas y odiado por todos los chamacos, corrió hacia el salón para ver cuál era la causa del alboroto…encontrando merito en medio del pizarrón un enorme moco embarrado de forma asquerosa. Al parecer, quien lo embarro lo hizo con saña, ya que lo estiro y lo embarro en gruesas líneas de moco con sangre como si quisieran dibujar una estrella de David con su abominable tinta… una cosa era segura, el moco tenia las mismas características y colores como los que se mencionaban del incidente de la peluquería de la noche anterior. El prefecto, que no era un hombre tonto salvo que se caso con la vieja más gritona y escandalosa del pueblo, inmediatamente sabia que ese “alíen” embarrado en el pizarrón solo podía pertenecer a una sola persona en el pueblo, y ese alguien era mi amigo Luisito Macías.

Pero había un problema, Luisito Macías estudiaba en el turno de la tarde. No había manera de que se haya metido a la escuela temprano para cometer su fechoría, el lo hubiera visto, ya que se encargaba de cuidar la entrada para negarle el acceso al plantel educativo a los chamacos que no se cortaban el pelo, que traían las uñas sucias, o que no traían completo el uniforme. Al menos que lo hubiera dejado ahí embarrado la noche anterior, por lo cual debería de estar seco. Al prefecto no le quedaba otra más que tocar el asqueroso moco para saber si estaba seco o no y salir de esa terrible duda. Odiando lo que tenía que hacer, empezó a acercar su dedo a la innombrable asquerosidad…ahí va su dedo, más cerca…más cerca…mas cerca, sudando la gota gorda, a punto de vomitar del asco…los chamacos afuera cagandose de risa en silencio…la maestra gritando lastimosamente palabras de asco y de inmundicias! …el dedo del prefecto se acerca más y más al moco embarrado…y en eso, zum!!! Que se acerca una mosca y se para mero en el moco, y ahí se quedo, pegada, de por vida, ya no se pudo librar de la tremenda cualidad pegativa del asqueroso moco, y con esto, el prefecto suspiro un Ah! de alivio y supo que el moco fue embarrado en el transcurso de la mañana, por lo cual, había que darle una visita a Luisito Macías para ver si estaba en su casa y que explicara el torcido acontecimiento.

Ahí va el prefecto Eleuterio Domínguez con toda la bola de chamacos gritando y riéndose y la maestra Chavelita Guadarrama llorando copiosamente del asco hacia la casita de Luisito Macías. Por toda la calle principal iban en friega y ruidosamente toda la chusma, y justo cuando pasaron frente a la casota de Doña Rupertina viuda de Palazuelos, la prestamista, escucharon un grito de terror, seguido de la Doña corriendo hacia afuera de su casa, con la cara más blanca que los pambazos del panadero Casimiro cuando no se le cocían bien, gritando que un horrible baboso se le había metido al cofrecito en donde tenía sus moneditas de oro. El prefecto, temiendo lo peor, le pidió permiso a Doña Rupertina para entrar a la casa y cerciorarse de que en realidad lo que la había espantado era un baboso. Doña Rupertina asintió estúpidamente, con la mirada ida, y Eleuterio entro a la casa, pero antes, pasó a la cocina por un poco de sal. Cuando fue a la sala donde tenía la prestamista su cofrecito con moneditas de oro abierto, vio la asquerosidad que se postraba sobre las moneditas. Era una masa grisácea enorme y maloliente, con una raya de materia blanca que se mezclaba con un poco de rojo sangre, asimilando el cuerpo de un baboso. Asquerosidad total! Un poco escéptico, Eleuterio le echo un poquito de la sal, nomas ´pa ver si el supuesto baboso se retorcía como se retuercen todos los babosos al contacto con este mineral. No se movió! Al contrario, la espesa mucosidad del moco absorbió la sal, desapareciéndola al instante. Asco!

Eleuterio el Prefecto, consternado, salió a la calle y grito “Es otro moco!” La chamacada estallo en risas y jubilo, mientras Doña Rupertina se desmayaba en los brazos de la maestra Chavelita Guadarrama, la cual entre gritos y sollozos trato inútilmente de reanimarla echándole aire con un pañuelo que traía por ahí.

El Prefecto, esta vez ya muy encabronado, siguió su camino hacia la casita de Luisito Macías con toda la chamacada de la secundaria siguiéndole los pasos, y justo cuando iba doblando la esquina de la Iglesia, se topa con el viejo Tobías, el de la tortillería, el cual estaba siendo víctima de un afusilamiento publico de tortillas por parte de las viejas del pueblo. Al acercarse para ver de qué se trataba el borlote, Don Tobías le grito que corriera por su vida, que su tortillería estaba siendo el escenario del fin del mundo, pues una plaga de mocos había invadido sus paredes, anunciando el Apocalipsis, el fin del mundo! Eleuterio se asomo a la tortillería para ver más de treinta mocos embarrados en la pared donde tenía sus posters de “Maseca” y dos calendarios de años pasados. Al ver los grotescos embarrados, no tenía ni la menor duda de que eran los mocos de Luisito Macías. Que apocalipsis ni fin del mundo ni que nada! Esta era la fechoría del chamaco y el estaba resuelto a llegar al fondo del asunto!

Mientras las mujeres del pueblo seguían afusilando al tortillero con sus tortillas, Eleuterio siguió su camino, determinado con acabar esta farsa, seguido de toda la chamacada de la secundaria que no cabían en sí de la risa por las tragedias que estaban sucediendo a los mayores en el pueblo.

No camino mucho cuando llego a la panadería de Don Casimiro. Afuera estaba su esposa doña Pita Lagunas que tenia al panadero bien agarrado de una manga de su camisa sorrojandole un birote en la tatema, diciéndole de majaderías y casi matando al pobre hombre. El prefecto Eleuterio se acerco para tratar de salvarle la vida, preguntando que había hecho el panadero para que lo agarrara a semejantes madrazos! La Doña nomas le apunto su gruesa mano hacia el interior de la panadería, en señal de que se asomara. Eleuterio entro a la panadería, y lo que vio, le hizo salir a vomitar copiosamente a la calle. Todas las charolas del pan tenían un mocote embarrado en cada una de las piezas! Era asqueroso! Los pambazos tenían mocos embarrados, también los Ojos de Pancha, los Gusanitos, las Donas, los Moñitos, el pan Frances, el pan Cubano, los Bolillos y las Teleras! Y qué decirles de los Pastelillos de fresa, de los Cuernitos, los Borrachitos, las Conchas, blancas y de chocolate, los Panques, de pasas y de nueces, los Cocoles, las Chilindrinas, las Hojaldras, las Orejas y las Trencitas…todos tenían un horrible y asqueroso moco verde y en algunos con sangrita embarrado en ellos!

Después de su copiosa vomitada, a Don Eleuterio el Prefecto ya no le dieron ganas de investigar nada. Se fue caminando chueco hacia la secundaria, seguido lastimosamente por su mujer que no dejaba de gritar y lloriquear, mientras todos los chamacos seguimos hacia la casita de Luisito Macías, y al llegar, le llamamos en coro! Luisito salió de la casa con su nariz bien inflamada del esfuerzo de las moqueadas por medio pueblo, y lo trepamos en hombros y lo paseamos por toda la plaza principal como nuestro nuevo héroe local! Nunca había visto a Luisito Macías tan feliz! En realidad nadie le pregunto si él había sido el que había moqueado a todos los que se la debían del pueblo, pues a quien le quedaba la menor duda! A mí no me podían haber preguntado su inocencia, pues yo no tenía ni la menor duda de que era culpable, era como si hubiera estado yo ahí a su lado abriéndole todas las puertas de los lugares donde fue a embarrar todos sus mocotes verdes, blancos y sangrientos.

Mucho tiempo ha pasado desde ese día de la terrible venganza de mi amigo Luisito Macías en el pueblo. Seguimos siendo amigos durante muchos años mas.

Cuando crecimos, a él le dio por pintar, y a mí, pues nomas me fui a estudiar a la capital y acabe contando cuentos.

Cuentos como este, el de mi amigo Luisito Macías.

Fin.

domingo, 26 de junio de 2011

EL TIEMPO A SOLAS


"Los Amantes" oleo sobre tela, firmado y fechado junio 2011 por Leo Mondragon

El Tiempo a Solas

un relato de Leo Mondragón

Que hacen los hombres cuando tienen tiempo a solas?


-Ya llegue!

Silencio. Voy a las habitaciones, nadie. Veo a través de la ventana al jardín, nada. Solo los sonidos de la tarde de Sábado, el viento, los pájaros, la ciudad a lo lejos. Nadie en casa.

Uff! Qué semana tan mas pesada! Enciendo un cigarrillo y me siento a ver la tele, a ver que hay. Los Simpson´s, que estupidez, claro que no, le cambio de canal, Mike y Molly, menos, le cambio, las Kardashians, ni madres! No…le sigo cambiando a los canales, no, no, aburrido, estúpido, no, no, tonto, no, no, infantil, no, no, no, no, pendejo, no, no, no hay nada! Ya! Una peli! Bien! chin…es la de Hell Boy, no mamen! La pasan 20 veces a la semana! Por mi mente pasa el deseo de cancelar esta chingadera de cable. Apago la tele. Qué hago?

Mientras le pienso, me voy a mi cama, me encuero, tiro mi ropa en el piso y me tiendo bajo el ventilador. Ah! que rico! Me estiro y me acomodo mientras el aire me alivia del calor. Ah!!!! Que delicia! Luego hago lo que todos los hombres del mundo hacen cuando están solos tendidos en sus camas. Me doy una buena rascada en los aguacatitos. Pasa por mi mente una pregunta, cuantas veces se habrán rascado los huevos los hombres desde el principio de los tiempos? No sé, tal vez cuatro mil setecientos ochenta y dos millones de trillones de veces. No sé, algo así. Quién sabe. Lo seguro es, que si corto esa cifra a la mitad, tendré el resultado de cuantas veces se rascan las mujeres las verijas. Definitivamente es menos, creo.

Pasa por mi mente dormitar un poco, pero afuera en el jardín un pajarito se está desgañotando cantándole quien sabe a qué. O a quien. Cante y cante el cabron. Por mi mente pasa aventarle un chanclaso para que se vaya. Su pequeño cantico no me va a dejar dormir. Deshecho esa idea.

Qué hago? Es muy temprano para pintar. Prendo mi lap para checar mi correo. Nada de nuevo…porque!

Pienso en escribir un cuentito o un relato para mi blog…nah, que flojera ahorita! Y si me salgo a correr? Que hueva! Ademas ya fui en la mañana…ya se, voy a leer! Tomo uno de mis libros del buro junto a la cama. Tengo 5 diferentes que estoy leyendo a la vez. Abro el libro en donde lo deje y me dispongo a leer. En eso, escucho el maldito zumbido de un estúpido mosquito. Bzzzzzzzzz…bzzzzzzzz…bzzzzzzzz… por ahí anda, ya lo vi! Zopiloteando mi pierna arribita de mi nalga listo para descender en picada, sodomizarme, y alimentarse con mi sangre. De a gratis por cierto. Ni madres, no lo voy a dejar. Me paro de la cama, tomo mis bóxers del piso y lo persigo por toda la recamara, ahí va! Salto a la cama para perseguirlo y aguas! Por poquito el ventilador me hace un tupe! Sigo al mosquito con la mirada, veo que se para en la pared junto al cuadro azul, me le acerco despacio y zacatelas! Le doy un calzonazo, pero falle! Ahí va el desgraciado volando hacia el closet, tal pareciera que sabe que ahí lo voy a perder para siempre! En un desesperado intento para que no escape, le aviento el bóxer para atraparlo en el aire y cae el bóxer con el mosquito atrapado en medio! Qué buena suerte! Le doy unas buenas estampadas al bóxer en el piso con mis pies para asegurarme de matarlo. Odio a los mosquitos! Este ya chupo faros. Esta todo embarrado en una mini-mancha grotesca de gris. Aviento mi bóxer a la canasta de la ropa sucia, pensando que mi mujer me mataría viéndome hacer eso. O le da el tramafus! No sé por qué la hacen tanto de pedo las mujeres cuando ensucias ropa a lo wey, si ni siquiera es de ellas! Si estuviera aquí refunfuñando le diría que cierre el pico y respetara la muerte y la tumba del recién difuntito. O sea el mosquito embarrado muerto en mí bóxer. Regreso a mi libro, pero en el alboroto perdí la página. Lo cierro y me tiendo de nuevo en la cama bajo el ventilador. Abro las piernas y me rasco de nuevo mis testiculos…

Mmmta, qué hago?

Ya sé, voy hacer un poco de yoga. Poner mi mente en blanco y tratar de silenciar mi voz interna. Hacer un poco de introspección. Esto va a estar fregón! Me siento en la cama en posición sukasana y cierro mis ojos. Respiro hondo. Enderezo la columna. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Trato de dejar ir mi mente. Quiero meditar un poco. Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Mente en blanco. Inhalo y exhalo. Me concentro, mente en blanco, cero pensar, inhalo y exhalo, trato de no pensar en nada, nada…inhalo y exhalo…mente en blanco…como Kaliman. Recordé como de pequeño me gustaba mucho leer a Kaliman. Era mi ídolo. De pequeño no sabía ni que pedo y el nombre de Kaliman me sonaba exótico y grandioso. Hasta que crecí, y supe que Kaliman solo significa “hombre de Kali”. La diosa Kali, sanguinaria y vengativa. Pero me gustaba leer como se concentraba en sus meditaciones antes de salir a sus aventuras. Meditaba mucho. Gandhi también meditaba. Dicen que horas y horas. Me pregunto cómo habrá meditado chido si estaba bien flaco, no le daba hambre? Al pensar en alimento sentí ñañaras en mis tripitas. Me paro de la cama, aun encuerado, y voy a la cocina a prepararme un sándwich de crema de cacahuate. Hace mucho leí en algún lado que el cacahuate es bueno para producir más semen y desde entonces lo consumo mucho. Y es cierto! Me sirvo un vaso de leche, y listo! Me siento en la barra de la cocina para disfrutar mi pequeño y solitario snack. Mi mujer odia que me siente encuerado en la barra, si me viera ahorita! Ja! Le da el ataque. Yo no se porque la hace tanto de emoción, si mi cola siempre está bien limpia, creo…Mastico el bocado de mi sándwich, sintiendo los trocitos de cacahuates triturarse entre mis dientes, tan ricos. Delicioso!

La idea de hacer yoga ya valió madres. Y ahora qué hago? A veces quisiera tener una amante. En estos ratos de que no se qué hacer, como que se antoja tener una amante! Ahorita mismo me estaría comiendo su boca. Me la comería con esta lechita fría que sabe tan rica, la calentaría con nuestras lenguas! Y luego introduciría a mi amante al fantástico mundo de los hombres come-cacahuates. Me pregunto porque Moisés no se puso listo e incluyo en los mandamientos el onceavo… “Es derecho universal que todos los hombres tengan una amante!” me imagino que padre seria este mundo!

Empiezo a fantasear un poco con esta nueva idea, tratando de explorar todas las posibilidades…wow! Son infinitas!

Imaginen, que padre seria el mundo si pudiéramos nosotros los hombres llegar a casa cobijados bajo este nuevo régimen social:

Él: Hola amor, ya llegue!

Ella: Como te fue amor, tuviste un buen día en la oficina?

Él: Del asco! pero al salir me fui un rato a casa de mi amante, me hizo una sopita caliente y luego hicimos el amor. Pero nomas un ratito, porque luego llego su mama de visita y se puso a platicarnos de no sé qué.

Ella: Que pinche vieja tan más entrometida amor! Vas a ver, mañana le llamo para que los deje disfrutar su tiempo en paz…

Él: No te preocupes amor, ya quedamos en que ella hablaría con su mama. Por cierto, te pido que me dejes preparada mi maleta el próximo viernes porque me voy con ella de fin de semana.

Ella: Amor! que padre, y a donde irán?

El: Aun no sabemos, pero regreso el domingo en la tarde.

Ella: Que bien amor, sirve que aprovecho y hago limpieza profunda de la casa, te amo! Pero recuerda traerme un souvenir, está bien?

El: Ok, está bien, pero ahora apúrate y ven a la cama…

Ella: Si amor, ahorita voy! con gusto! Nomas déjame termino de lavar tu bóxer que estaba sucio con un mosquito aplastado, para la próxima, mejor mátalo con la toallita de las manos del baño, no ensucies tus calzoncillos amor por favor!

Él: Ok, está bien! Pero apúrate que en la mañana me comí dos sándwiches de crema de cacahuate y me siento querendon, querida…

Ella: Voy amor!

Me quede pensando con una estúpida sonrisa en la boca…que bonito mundo sería si fuera así!

Pero claro, es solo un pensamiento, una idea tonta que nunca ocurriría en nuestra sociedad mexicana. En realidad yo nunca haría wey a mi mujer. O a lo mejor sí, no sé, solo sé que la que me arrebate de su pensamiento tendría que ser alguien muy, muy especial y superior…una Reina…y las reinas no habitan por aquí, están a dos millones de años luz…dos millones de años luz de este mundo…tan, tan lejos…

Hombres tontos, todos nosotros. Pero que quieren!

Estamos solos en casa sin nada que hacer…

Después de pensar en este tema, de repente ya sé qué hacer con mi tiempo a solas. Voy a mi estudio, tomo un lienzo nuevo y empiezo a trazar las líneas de una nueva pintura que me acaba de llegar a la mente…Como no tengo una amante, pues me la tengo que pintar…sirve que dejo de pensar tantas pendejadas en este tiempo a solas que tengo conmigo mismo.

Fin.