miércoles, 28 de diciembre de 2011

LOS CHISMES DE DOÑA MATY



Los chismes de Doña Maty
Un cuentito de Leo Mondragón

Sin duda alguna, Doña Maty la de la tienda era la mujer más chismosa del pueblo. Ella siempre estaba chismeándole a todo el mundo lo que pasaba de todo mundo. Cualquier pequeña dosis de información que le llagaba a las manos, ella la retorcía  y la convertía en el chisme más escandaloso que se puedan imaginar. Para algunos, esto valía oro, generalmente para las viejas chismosas y los que no tenían nada que hacer. Y para otros, era la antesala de la muerte, especialmente si eras parte o protagonista del chisme. Una vez que tu nombre salía a relucir en sus chismes, eras hombre muerto, mejor te hubieran quemado en la hoguera. Que el Santo Niño de Atocha te libre de los chismes de la Doña Maty! decían los del pueblo.
Debido a su agudo y diabólico don para chismear, a ella se le atribuyen varios de los sucesos relevantes del pueblo, como por ejemplo, el divorcio de doña Cata, la ex del comisario municipal Pedro Lucas. Quien le paso el chisme fue Petra la tortillera, que vivía ahí junto. La Doña Maty espero hasta entradita la noche para ir a la comisaría y decirle al Pedro que su mujer le ponía el cuerno con Sebas Marcial, el que vende pulque, dándole santo y seña de los encuentros amorosos de su mujer con el pulquero. Fuera de sí, Pedro Lucas agarro el color de pitaya madura y fue por su arma. Si no es porque lo agarraron sus  secuaces, me consta que Pedro Lucas le hubiera metido un balazo a su mujer, la cual, al  ser descubierta, se fue esa misma noche del pueblo con Sebas Marcial, quien iba, por cierto, bien bebido y oliendo a mezcal rancio. Algunos dicen que se fueron para la Costa Chica. Nomás se pararon para que Sebas Marcial vomitara su tremenda cruda. El cornudo comisario Pedro Alvear bebió su pena durante dos meses consecutivos hasta que un día orino rojizo, del color  del agua de jamaica que vende Jacinto el que esta bizco frente a la primaria. El pobre Pedro Lucas se desmayo del susto. Le tuvieron que meter una bolita de migajon caliente remojado con alcohol muy dentro en su ombligo para que volviera en si. Al despertar, fue con el cura del pueblo y al mismo tiempo que le pidió que lo divorciara, le prometió ya nunca mas beber ni llorar su desgracia. Dicen los del pueblo que Diosito que es grande se apiado de él. A los dos días se le quito la orinadera roja y al mes se arrejunto con Casimira, la de los ojos grandotes y negros que vende huaraches en el mercado municipal.

También se le atribuye a la doña Maty el hecho de que en una sola tarde todo el pueblo supiera que Cesar, el hijo de Procopio el que vende petróleo, era maricon. Desde ese día, el Cesar le gritaba bien feo a la Doña Maty cada vez que pasa por su tienda. -Vieja chancluda!!! Chancluda!!! Le gritaba con su vocecita quebradita mientras meneaba sus brazos flacuchos en el aire. -Ojala y te cargue el payaso, maaaalditaaaa! maaaalditaaaa! Pero ella la hacía de oídos sordos. Poco le importaban las consecuencias de sus chismeríos. Dos meses después, el tal Cesar se fue al otro lado de mojado. Dicen los del pueblo que andaba con un gringo de nombre Steven, ex militar ya entrado en años con gustos por jóvenes latinos. Quién sabe. Era lo que se rumoraba.

A mí una vez me la hizo la vieja chismosa. Fue una tarde de Diciembre cuando invite a Estrellita, la chamaca más guapa del pueblo, a comer tamalitos y atole a la Cenaduria de Doña Bonifacia, la esposa de Epifanio el Carpintero, el que perdió dos dedos en una sierra eléctrica cuando tenia 20 años. A qué bonita estaba la Estrellita! Con sus cabellos güeros y ojitos cafes oscuros, pestañotas grandotas y siempre oliendo a perfumito del fino! Para la ocasión le di una buena bañada a mi monta, la Negra, yegua fina de 7 años, maciza de pezuña y ancha de pata. Le di una buena tallada con champú del que usaba mi ama, de ese que olía como a manzanilla, dejándole el pelo, la cola y la crin más brillosa que un zapatito de charol, de esos que usan los chamacos cuando salen de la primaria. Pero por alguna razón, la yegua se la paso relamiendo y mordisqueándose por todas partes mientras yo me bañaba y me ponía guapo ´pa mi cita.

Botines nuevos, mis yins de mezclilla, mi camisa blanca a rayas azules con botones de perla, y mis espuelas de plata que me compre el año pasado en la feria de Iguala. Aja torito! No podía faltar mi sombrero negro y mis lentes Ray Van de gota. Estas me las compre con Chano, el que metieron al bote un par de años por robar vacas y que ahora se dedica a traer fayuca de la capital. Mientras yo me ponía guapo, paso por la casa Malena la de la verduleria, la segunda vieja más chismosa del pueblo, y vio la rascadera que traía mi yegua. Rapidito le fue a chismear a Doña Maty que mi caballo tenia garrapatas. Ah que Malena tan mas cabrona! Mira que fijarse en la monta de uno! No se vale! Pues ahí tienen que la doña Maty, en menos de media hora, se encargo de chismearle a medio pueblo que aparte de garrapatas, mi yegua tenia pulgas, corucos, liendres, ladillas y no se cuantos bichos mas!. Jija del maíz!  Pa cuando crucé el pueblo y llegue a casa de  Estrellita, ya le había llegado el chisme. Me salió a saludar pero muy de a lejitos.

–Dicen que tu caballo tiene garrapatas y animales, yo no me subo.- dijo la Estrellita mientras volteaba a ver a mi yegua, la cual trataba de rascarse desesperadamente el lomo con una rama de huamúchil. Estrellita se metió rápidamente a su casa y cerró la puerta. Sentí re-feo! Pero más me preocupaba mi yegua, viendo la rascadera que se cargaba. La lleve con el viejo Cleofás, caporal del rancho de Don Efrosino Molina, el rico de la región. El viejo Cleofás nomás le vio los ojos a mi yegua, le rasco la panza, le vio por detrás de las orejas, y me dijo -Tu yegua no tiene animales, se me hace que trago moras de las verdes y le agarro la alergia, ve con Damian que te de leche de burra, le pones dos cucharadas de sal y cuatro hojitas bien molidas de cuachalalate, y se lo das de beber hoy en la noche a tu animal, ´pa en la mañana estará bien. Hice lo que me dijo el viejo Cleofás y santo remedio. Al otro día mi yegua ya no se rascaba y andaba por ahí muy quitada de la pena. Decidí ya nunca mas comprar en la tienda de la Doña Maty, ¨pa que se le quitara lo chismosa. Pero a ella no le importo. Seguía con su chismerío con todo el pueblo.

Solo una vez vi que la Doña Maty se medio acongojo del resultado de uno de sus chismerios. Fue cuando Legunda, la hija de doña Eloísa Esparza, salio embarazada de Arturo Chavelas, el chofer del camión que repartía refrescos en el pueblo. Nadie sabe como ni cuando se veían a escondidas los enamorados, pues el tal Arturo Chavelas nomás se aparecía en el pueblo una vez por semana para repartir refresco Pascual y Coca Colas, y a la Legunda no la dejaba salir su mama, desde que empezó a notar como a su chamaca la veían con libido los pelados del pueblo. Y es que Legunda estaba re-bonita, no tan bonita como mi Estrellita, pero por ahí andaba. Por eso su mama no la dejaba salir, para que no se la fueran a malear. Pero de poco sirvieron tantos cuidados, pues una tarde mientras cocinaban tortitas de coliflor para la comida, a Legunda le dieron unas nauseas terribles que acabo por vomitarse allá merito junto a la pila de agua, ni alcanzo a llegar a la letrina. Su mama, que había traído al mundo a diez chamacos, y sabia los síntomas, lueguito supo que estaba pasando. Se la llevo casi arrastrando de una trenza por toda la calle principal hacia la botica de Abundio Tinoco, al cual le pidió algo para deshacerse del mocoso. Abundio les dijo que el no tenia nada para eso. Doña Eloisa agarro de la otra trenza a su hija y la jaloneo esta vez hacia con Eusebio Salgado, el dizque curandero del pueblo, pero tampoco estaba en su casa, se había ido a visitar parientes allá por Teloloapan. Doña Eloisa andaba que miaba lumbre. En eso, le llego Malena la de la verdulería, para decirle a doña Eloisa que doña Maty andaba diciendo que su hija Legunda se había estado metiendo con todos los chamacos del pueblo. De por si ya bien prendida, a doña Eloisa nomás le falto bramar mientras salía de su casa rumbo a la tienda de doña Maty. Cuando llego, doña Maty le estaba pesando frijoles a Chepina la que vende gelatinas. Llego gritándole re-feo a doña Maty y diciéndole toda clase de majaderías. Doña Maty nomás le respondía que su hija de por si era bien loca, que bien que se le salía a escondidas, que todos los pueblo lo sabían menos ella! Doña Eloisa volteo a ver a Chepina para ver si era cierto pero esta no sabia lo que estaban hablando. Doña Eloisa termino su visita amenazando a Doña Maty, diciéndole que si seguía con los chismes de su hija que le iba quemar su tienda hedionda y llena de ratones.

Doña Maty se quedo ahí en su tienda con la  boca seca del susto, pues la doña Eloisa era una mujer grande. Pero la doña Maty nomás se destapo una agua mineral, recuperando el aliento a tragos, y le siguió pesando los frijoles a Chepina, poniéndola al tanto del chisme de los amoríos de Legunda con los chamacos del pueblo y el repartidor de refrescos, mientras Chepina escuchaba con mucho, mucho asombro, conmocionada.
Fin

martes, 6 de diciembre de 2011

FLORES PARA UN TANGO

"Flores sobre fondo blanco" oleo sobre lienzo, firmado y fechado Dic. 2011 por Loeo Mondragon


FLORES PARA UN TANGO
Por Leo Mondragón
Esa noche andaba yo tristeando por la casa, no sabiendo que hacer. Cuando no se qué hacer me da por tristear. Pensé en escribir. Abrí la lap y el Word. Me quede unos segundos viendo parpadear el cursor. No se me ocurrió nada. La cerré. Fui a la cocina, abrí el refrigerador, no se me antojo nada. Prendí la tele, nada interesante. Fui a verte a nuestra pieza, estabas durmiendo, como siempre. Como siempre a las dos de la mañana. Tú no tienes la culpa de mi maldito y puto insomnio. Le eche un ojito a Anselmo, mi ardilla bebe. Dormía plácidamente en su cajita, todo despatarrado entre sus trapitos, soñando quien sabe que. Nadie imaginaria que así duermen las ardillas bebes. Salí al balcón a ver la ciudad. Todo callado, ni el viento hacia ruido. Las olas del mar a lo lejos apenas suspiraban, cuidando el sueño de sus peces. Un gato anda por ahí en el jardín, merodeando. En lo alto, la luna y las estrellas me decían que no les preguntara nada, que su misterio no se me iba a revelar, ni esa, ni ninguna de sus noches. Pues al diablo con ellas, pensé. Que las descifren los inteligentes.  El Hawkins y esa bola de todos ellos.
Ya sé! Voy a pintar!  Entro a mi estudio de pintura. Preparo un lienzo con gesso, y me siento a ver como se seca.  Enciendo un cigarrillo y espero, mientras pienso. Pienso en que pintar. Que pintare? Mi I Pod anda por ahí. Lo tomo y escojo una lista de reproducción. Tangos de Carlos Gardel. Le pongo play a “Volver”
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor.
Y aunque no quise el regreso
siempre se vuelve
al primer amor…
Que canción! Sus notas me llenan el alma! Cierro los ojos y me imagino en Buenos Aires en los años 20´s, cantando en algún café del Barrio Montserrat, elegantemente vestido con sombrero de cintilla negra y copa mediana, mancuernillas de plata Uruguaya brillando a través del denso humo de cigarrillo y el olor a tinto y Chanel…
La vieja calle
donde me cobijo
tuya es su vida
tuyo es su querer.
 
Bajo el burlón
mirar de las estrellas
que con indiferencia
hoy me ven volver.
Mientras fumo mi mente me pregunta qué diablos hago en este siglo. En este país. En este estado. En esta casa. En este año 2011 próximo a cumplir 43. Que hago a estas altura de mi vida, frente a un lienzo en blanco, a las dos de la mañana, solo en mi estudio sin más compañía que un lienzo mas virgen que la más pura virgen y unos colores que gritan dentro de sus tubitos “sácame de aquí!!!”
Me apiado de ellos. Con esmero y delicadeza, tomo solo cuatro colores, blanco de titanio, rojo alizarina, magenta y bermellón.  Y empiezo a pintar. Voy a pintar unas flores. Mis flores. Mis flores personales, personales, tan personales como la historia de mi vida misma. Pequeños y hermosos brotes de color unidos por delgadas líneas negras que son las ramas. Frágiles.  Tan frágiles, como un soplo es la vida...
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
 
Sentir
que es un soplo la vida
que veinte años no es nada
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
 
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
Y así las pinto, mis flores, sobre fondo blanco, llenas de color en esa noche negra, negra, sombría y a la vez tan cálida, llena, llena de ti y tu recuerdo, tu recuerdo que me baila y me envuelve, como un tango de Gardel.
Limpio mis pinceles, y voy a dormir…

viernes, 25 de noviembre de 2011

THE SIMPLE THINGS




The Simple Things



By Leo Mondragon



It’s funny how we go about life without noticing the simple things around us.
For instance, the world.
We humans are decadent. We go about life in our stupid commodity worlds; we drive around in our huge automobiles, always on the move trying to reach the easy life under the cover of big money, consuming enormous amounts of natural resources to fulfill our need of self indulgence and shallow well-being.
And we totally forget that out there, animals are trying to survive amidst the world we have imposed on them. We have taken over their lands and territories and now they have to live among us humans in our concrete civilizations, hiding and avoiding us, trying to take advantage of every green space they can to survive and to feel a little like the home they used to have. 
There are currently millions and millions and millions of humans in this world. But in comparison, very few people and organizations really care about animal welfare. I was one of those people, lost in my own world, never stopping to think about animals that lived around me for not even one second. I was just one of those people who did not give a damn.
But that has changed. Recently this little being came into our lives, taking us suddenly by surprise. It is a baby squirrel, just recently born. It is of uncommon nature that life has crossed our path, for he is a helpless little creature who has lost its mother and would not have survived on its own out there.
So we took him in our home and we are doing the best to take care of him. With awe I observe his will to survive. Suddenly I wonder if he knows what kind of world he came into. A world where he has to share life with us, the very ones that are destroying the natural habitat of their kind.
Sometimes I wonder why we humans stopped caring about these simple things that are so important. In what ill-fated moment did we let greed and power take over our yearnings? In what time did humanity start to follow the cruel and ruthless rulers of the world and fight for their causes instead of fighting for the causes of nature and the animals that we share this planet with? The earth is not a human planet. It is the planet we share with others of different species. There is a big difference there.

Life would be much better if we thought this through.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Ceguera



Ceguera
Por Leo Mondragón

Desperté después de una noche muy inquieta. Abrí los ojos y no pude ver nada, todo estaba oscuro. Busque mi alarma en el buro al lado de mi cama, pensando que aun era de noche, buscando entre la oscuridad con mi mano. La encontré y la acerque a mi cara. No la pude ver. Pero si la podía escuchar. Tic-tac, tic-tac, tic-tac. Acerque mi otra mano, no la pude ver tampoco. Me levante de la cama. Trate de ver a mí alrededor. No podía ver el piso, ni las paredes, ni las ventanas. Qué extraño, pensé. Me recosté de nuevo y trate de enfocar mi vista en algo. No podía ver nada. Nada. No había ni un solo rayito minúsculo de luz entrando por mis ojos. Busque de nuevo en mi buro, encontré el encendedor de mis cigarrillos, lo acerque a mi rostro y lo encendí. No podía ver la flama. Sentí su calor cerca de mis dedos, pero no lo podía ver. En ese instante, la verdad cayó sobre mí, derrumbando mis sentidos. Lo que tanto tiempo temí, había sucedido.

Me había quedado ciego.

Comencé a llorar. Mi pensamiento se fue inmediatamente hacia ti. Como te lo iba a decir? Ya no me amaras! Fue lo primero que pensé. Saldrás a buscarte unos de esos jóvenes fuertes y sanos que abundan por ahí, y me dejaras en el más completo de los olvidos. No puedo quedarme ciego, pensé! No puedo! Grite de miedo y horror en mi cama! Grite mucho! Durante mucho tiempo! Después de un rato, quede exhausto, sentí mi almohada muy mojada con mi llanto. Me quede quieto, ahí acostado, pensando que hacer. Que hacer…que haces cuando de repente pierdes la vista?
Tal vez ya lo venia sintiendo desde hace tiempo. Ya venía perdiendo la vista y tal vez no lo quería aceptar. No sé por qué. Tal vez porque nuestra naturaleza es no aceptar las cosas que nos hieren sino hasta el último momento que humanamente se pueda. Algo así como la espera del fin. No sabes si realmente va a suceder hasta que lo tienes merito enfrente, ese fin, sea cual sea. Un condenado a muerte acepta que va a morir solo cuando siente que el piso se desploma por debajo de él y la soga apretarse en su cuello. Hasta ese instante, la esperanza le suelta y se va corriendo hacia alguien más que la necesita, pues el ya estás muerto y no tendrá uso de ella, de esa esperanza.

Al pensar en esto, sentí la esperanza dejarme a mí. Ya estaba ciego. Había perdido la vista.

Paso por mi mente quitarme la vida. Quitármela! Quien me condenaría! Nadie, pues mi vida es mía, mía para hacer de ella lo que quiera, quitármela si lo deseo! Pero sabría que no lo haría. Haría todo menos hacerte sentir lástima por mí.

Y ahora que voy a hacer con mi vida! Como continuar con ella? Mil pensamientos empezaron a cruzar por mi mente. Como voy a trabajar? Como lograre el sustento? Ya no podre pintar, ni escribir. Quien me daría empleo? Tendré que salir a mendigar? Necesitare un perro? Y como lo mantendría? Ya no podre hacer lo que más me gusta. Nunca. Nunca más. No podre ver el amanecer. Ni las flores, ni la luna plateada. Ni el brillar de tus ojos en tus fotografías, en las únicas cosas que tengo de ti, tus fotografías. Dios, el brillar de tus ojos…Porque has traído esta desgracia a mi vida Dios mío!

Tu foto! Tu foto! Ahora mi única ancla al mundo real!  Busque tu foto junto a mi cama. Tome el marco y lo abrace a mi pecho. Como viviré sin ver mis recuerdos!
Amor, amor…como decirte que he perdido la vista…como decírtelo!

Busque el teléfono. Lo deje por ahí, no recuerdo donde. A tientas lo busque y no lo encontré. No lo encontrare al menos que alguien llame. Y sé que nadie llamara, desde hace mucho nadie llama, desde aquel día en que estúpidamente tuve que decirte adiós. Como llamarte y decirte que vinieras por mí, que estuvieras aquí conmigo y me acompañaras en este momento de terrible soledad.

El peso del destino cayó sobre mí como una enorme ola fría del mar, arrastrándome hacia abajo y fuera del alcance del aire.

Me levante de mi cama, envuelto en esa completa oscuridad. Como pude me vestí. Me abrigue y me dispuse a salir de casa. No sabía qué hora era. No sabía que iba a hacer. No sabía cómo caminaría por las calles, como tomar algún transporte, como pagar…no sabía que sería de mi vida de hoy en adelante, ciego, solo, y sin ti.

Sin ti.

sábado, 15 de octubre de 2011

DESINTEGRATION

"DESINTEGRATION" oleo sobre tela, deshechado y tirado a la basura, firmado y fechado Sept. 2011 por Leo Mondragon

“DESINTEGRATION”
Por  Leo Mondragón
Ayer me perdí. Yesterday I lost myself. I lost myself in the world. Me perdí de todos aquellos que me aman. Me perdí de Dios, del mundo, de mi mismo.
Erick Satie toca suavemente su piano mientras camino a casa de regreso. Abatido.
Un armadillo rasco la tierra para formar desesperadamente un hogar. Algo en que anclarse. Algo que nunca sucederá…
Las gaviotas vuelan a su alrededor buscando comida.
Un pescador tira su red al mar.
La Mar me mira con nostalgia.
Nostalgia lejana…amo a la Mar! Pero no es mía…
Una estrella me alumbra con su brillo.
Me alumbra, me alumbra con su amor divino!
Mismo que no veo. O trato de no ver.
Y que rechazo. Estúpidamente.
Trato de rechazar!
Y no puedo…
Mientras la vida me jala hacia ti con una fuerza mayor a mis ímpetus…
La reina ríe en la lejanía.
Y todo mi mundo dentro de mi cabeza se desmorona con cada carcajada suya!
Ríe de mi!
Ya no tengo donde ir…Dios mío…ya no tengo donde ir!
Oh soledad! Gracias por recibirme en tu regazo…

lunes, 10 de octubre de 2011

EL NAHUARMADILLO

"Ve mis ojos, soy un Nahuarmadillo..." fotografia digital


EL NAHUARMADILLO
Un relato de Leo Mondragón

Buenas noches, mi nombre es Leo Mondragón, y el día de hoy, 10 de Octubre 2011 de la era de nuestro señor Jesús Cristo, he decidido confesar al mundo mi hasta ahora innombrable secreto.


Sucede que no sé como obtuve lo que tengo, o si acaso alguien me lo heredo, o alguien me lo pego o me impuso alguna maldición, no lo sé, tal vez nunca lo sabré. El único indicio de que era diferente me lo dio a entender un viejecito que vivía solo en una chocita junto a mi casa de la niñez. Los niños siempre se alejaban de él pero por alguna razón, a mi no me causaba miedo. Todas las tardes, después de la escuela y mis quehaceres, corría a su casa a que me platicara. Siempre me platicaba de la luna y de cómo debía siempre entender las maneras del cielo nocturno. Un día, mi viejecito enfermo de gravedad, recuerdo que mis padres me llevaron a despedirme de él, pues su muerte era inevitable. Sabiendo que iba a morir, todos pasamos por su cama para despedirnos, pues había entrado en coma. Cuando me toco a mí, le dije quedito al oído cuanto le quería y cuanto lo iba a extrañar…clarito vi como una lágrima rodaba por su mejilla y su dedo milagrosamente se alzo para indicar la luna que brillaba a través de la ventana, la luna de cuarto menguante. Después de esto, murió. A nadie le he contado esto en todos estos años, y ese recuerdo me ha seguido para siempre.

Desde ese día, cada vez que hay luna de cuarto menguante me transformo. Pero no a la media noche como cuentan la mayoría de las leyendas, solo es en la madrugada, por ahí pasadito de las dos o tres de la madrugada…no sufro de dolores por mi transformación física, solo estoy dormido soñando en un instante y en el otro, ya ando por ahí transformado, y no me transformo ni en lobo, ni en perro, ni en gato, ni en águila, ni en tecolote, ni en coyote, ni en nada así, menos en monstruo…solo me transformo en un armadillo. Un simple y sencillo armadillo.

Desde que supe mi situación, empecé a indagar acerca de las transformaciones de los hombres en animales. Por aquí en estas tierras se acostumbra a llamarles nahuales. Luego entonces, creo que soy uno de ellos. Sin embargo, la característica mística de dichos seres es que aparte de transformarse en animales, son brujos. Yo no soy brujo ni sé nada de brujería. Pero por mi transformación, es la definición que más se acerca a lo que me sucede.  

La primera vez que me transforme, comenzó en un sueño. Recuerdo que estaba soñando que iba corriendo muy de prisa al ras de la tierra y la hierba. Sentía algo raro en la espalda que me pesaba un poquito. Trate de quitármelo mientras corría pero no pude. La sensación de traerlo se fue desvaneciendo mientras corría. Pat pat pat pat pat pat pat pat! Alla iba yo corriendo en la tierra! Con asombro sentí que corría en cuatro patitas que tenían unas uñas muy largas y filosas. Llegue a una ladera donde había un hoyo y me metí, recuerdo que corrí dentro del hoyo como justo de mi medida, lo suficientemente alto y ancho para que yo pudiera pasar rápido y con  comodidad. Al final del hoyo había una antesala muy espaciosa, en donde había una velita encendida en el centro, y del otro lado, otro hoyo a medio empezar. Recuerdo como me puse a rascar la tierra con mis grandes uñas y le avance al hoyo que estaba construyendo. Y de repente estaba de nuevo en mi cama, había amanecido. Al principio pensé, que raro sueño! Pero luego vi mis manos y uñas llenas de tierra y la aceptación de mi destino cayó en mi mente como una taza que se rompe en mil pedazos en el suelo.

Durante toda mi infancia y juventud escondí este secreto de mis padres, familiares y amistades. Muchos me decían que dejara de morderme las uñas de las manos, pues poco sabían que se me gastaban en los hoyos que rascaba. Por lo mismo, de joven adulto, las relaciones personales y amorosas que tuve las terminaba antes de que empezaran a sospechar de mí, pues vivía atormentado de que descubrieran mis transformaciones. Y así transcurrieron los años, de aquí para allá, recorriendo lugares y cambiando de tierras, siempre al pendiente de las enseñanzas del viejecito ese que se me murió, y del cielo nocturno, de las etapas lunares y sus ciclos.

A pesar de los inconvenientes, he llegado a estimar mi otro yo, mi ser armadillo. He aprendido que dentro de su caparazón me puedo hacer bolita y esconderme del mundo que me rodea y de las cosas que me hacen daño, con facilidad. Ahí encuentro mi pequeño mundo en donde mora la tranquilidad y la paz, que a veces añoro tanto en mí ajetreada vida de humano y de este mundo el cual a veces es muy cruel.

Pero aun y en mi estado de armadillo, siento que mi corazón late con la fuerza de la vida y la pasión. Muchas han sido las noches en que aparte de rascar la tierra, aprendí el arte de pintar. Y me gusta tanto, que espero con ansia las lunas menguantes para transformarme y correr hacia los hoyos donde tengo mi parafernalia de pintar. Llego a las antesalas que construí y enciendo mi velita. Allí dibujo y pinto todos mis sueños que me suceden y recorren mi mente y mis ansias. Pinto y dibujo cosas de la vida, pues la muerte siempre me ha aterrorizado. La odio porque siempre se ha llevado a las personas que he querido y han significado algo en mi vida. Sé que algún día pronto llegare a ella y en silencio sufro pues se que ya no podre pintar mas cuando el día de mi muerte llegue. Aun así, siempre trato de sonreír y lidiar con mis miedos.

A veces, cuando reina la calma en mi interior, y transformado en mi yo-armadillo, voy a ver a mi gran amor, la Mar. De ella no me tengo que esconder y siempre está ahí para mí. Me gusta llegar a ella y sentarme ahí juntito y escucharla, pues su voz viene con las olas que van y vienen a mis patitas de armadillo. Me siento ahí en sus playas mientras la luna decreciente nos alumbra. Ella me platica cosas, solo cosas, de mundos lejanos de los cuales yo soy un extraño. Me gusta escuchar que me cuente sus cosas, y ahí me quedo, viéndola, escuchándola y admirándola, confieso que siempre he estado muy enamorado de ella y su voz tranquiliza mi pequeña alma de armadillo, hasta que el sol nace en la mañana y me avisa que es tiempo de irme. Cuando me voy, siempre me despido de ella con un beso bien saladito. Aunque a veces al besarla me descuido, pues me sumerjo en su gloria, y terminan por revolcarme una ola o dos.

Y es así, como por fin después de media vida, he llegado a relatar mi secreto.

Amigos, soy un  Nahuarmadillo.

jueves, 15 de septiembre de 2011

sin titulo






Ven, siéntate aquí tantito, quiero mostrarte algo…

Lo diré muy quedito a tu oído, para que nadie escuche… ven, acércate…

Ves estos ojos grandes y negros?

Son tuyos.

Son tuyos y son míos.

Últimamente son más míos porque solo yo los miro. Hay días en que amanezco y los veo y me pregunto, a  donde habrá ido el universo? Porque no habrá color que vista a la vida? Cuanta negrura!

Y luego sucede que en otros días están llenos de colores. De tantos colores que tienen solo se ven blancos. Hasta los cristales donde me veo se turnan negros de tanta blancura que emana de ellos.

Estos días siento que mis ojos se están muriendo…se están muriendo porque ya no los ves. Ya no brillan ni con negrura ni con colores. Solo están ahí, sin hacer nada. Y no hacen nada porque no hay nada que hacer. Hay ojos que no pueden hacer que otros ojos brillen por ellos. Y los míos no pueden hacer que los tuyos brillen con mi luz. Creo que nunca pudieron.

Aun así, siempre trato de sonreír...


lunes, 5 de septiembre de 2011

SIETE FLORES ROJAS AL VIENTO


"Siete flores rojas al viento" acrilicos sobre tela, firmado y fechado Sept. 2011 por Leo Mondragon


-Oxigeno! Rápido, se nos va!

Los paramédicos trataban inútilmente de reanimar mi desahuciado cuerpo.

-Adrenalina Doctor?

-No, es muy tarde, inútil revivirlo…denle espacio por favor…

Era difícil escuchar sus voces entre los ruidos del tráfico y la sirena de la ambulancia.

Cierro los ojos por última vez mientras en mi mente caigo pesadamente al mar. Trato de nadar con mucha fuerza hacia la superficie, hacia la luz que se refleja en miles de rayos multicolores luminosos. Llego a arriba mientras una enorme ola me pega de frente y me arrastra de nuevo hacia abajo. Siento que me falta el aire, con mucho coraje y lo último de mis fuerzas logro subir y nadar a la superficie, veo a lo lejos una playa y voy desesperadamente hacia ella. Nado como puedo a través de la línea de las olas que me llevan hacia tu isla, tu isla desierta de nosotros en donde ahora solo habitas tú, la que no me mira, la que no me habla, la que no me atiende, la que me ha olvidado…

Me arrastro entre la arena escapando las olas, cansado, pero feliz! He vencido el mar, si! Soy victorioso! He salvado la vida!

Limpios mis ojos del agua salada y miro a mí alrededor. No hay nada. Solo unas flores rojas al viento en un montecito a lo lejos. El viento las toma y las mueve como la mano de Dios ha movido mi vida. Algo en mi interior me dice que he llegado a casa. A mi última morada.

El sonido de la sirena y el tráfico se extingue mientras las olas bañan mis piernas con la nostalgia de la vasta soledad de lo inalcanzable... miro hacia el mar...

Imposible regresar.

sábado, 20 de agosto de 2011

"Flores y la Mar" oleo sobre tela, firmado y fechado Agosto 2011 por Leo Mondragon




Flores y Mar

Por Leo Mondragón

Hoy voy a ir al mar. Voy a ir solo para tirarme ahí en la playa y dejar que el sol me cubra con su manto de nostalgia cálida. Voy a cerrar los ojos y sentiré su calor penetrar mi piel y mi carne. Voy a dejar que repose su ser sobre mí y me haga dormir. Eso es, dormiré bajo el sol! Solo un ratito. Y voy a soñar contigo. Voy a soñar que estoy de nuevo junto a ti. Que estamos juntos de nuevo haciendo no se que, haciendo cualquier cosa, haciendo tal vez, no sé, umm…déjame ver…ummm ya se!!!, Si!! Esquimos! Si, unos deliciosos esquimos de fresas con lechita y los llenamos de hielo frappe! Quien lo pensaría, hacer esquimos! Qué locura! Pero de eso se trata la vida, de hacer locuras.
Locuras!

Locuras tontas.

Locuras que a nadie jamás se le ocurrirían, solo a los locos.
A mí me gusta hacer locuras.

Las hago todo el tiempo. Algunas son demasiado locas para contar, pero las hago, no sé por qué. A lo mejor porque estoy loco.

Tal vez preguntes, es una locura hacer esquimos! Habiendo tantas cosas que hacer! Podríamos ir a desayunar, podríamos ir a ver una peli, o a algún bar, o a caminar en un panteón, porque no? O solo platicar, o irnos a escondidas a encerrar a algún lugar y hacer el amor y conocernos, por fin…o solo a andar por ahí, no haciendo nada más que tomar nuestras manos y vernos a los ojos y contarnos nuestras vidas… pero hacer esquimos? Qué locura!

Pero todo se vale en esta vida! Todo! Porque hacer esquimos? Pues, nomas! Es importante recordar que a pesar de ser tan bella la vida, nos lleva de la mano hacia la muerte. La muerte inevitable, ese estado del ser en donde uno ya no es quién es. Es un camino inevitable. Por eso, lo que suceda en ese camino, depende de nosotros. Vivirlo al máximo haciendo todas las locuras que quieras. Todas! No sé, todas! Hay tanto por hacer! Pero solo los que se atreven pueden llegar a ese estado supremo en donde todo mundo nos diga que estamos locos. Es un estado de inmensa felicidad. Yo estoy loco, me vale lo que digan, me gusta que me digan que estoy mentalmente tocadiscos! Porque en ese estado es donde mora todo lo que siento por ti. Y todo lo que siento por ti tiene una belleza más grande que el mar y más bello que el color de todas las flores del mundo. El mar y las flores.
Pero bueno, hoy no hare locuras. Solo me tirare en la playa y voy a dejar mi vida en stand-by mientras mi mente monta el viento y vuela hacia tu mirar…

No voy a hacer nada…solo imaginar, imaginar que hoy yo seré el mar, y tu las flores, o al revés, yo las flores, y tú la Mar…

jueves, 4 de agosto de 2011

LA VENGANZA DE MIS PANCITOS

Un cubilete, un nido, y lechita sobre mantel bordado

LA VENGANZA DE MIS PANCITOS
Por Leo Mondragon


Ya esta! Se ven bien! Tomo la cámara y flash! Ahí están en la pantalla captados para siempre mi nido, un cubilete, y mi vasito de leche. Ja! Se ven muy bien! Los contemplo un rato, me gusta la composición de la foto, llena de colores alegres…alegres…alegresss…al-egres…a-ele-eg-res. Llenos de alegría. Alegría! Y además olían bien. Wow! Esta merienda va a estar de mega lujo! Estoy muy contento. Acerco la silla  a mi mesa y me siento, listo para merendar!

En eso, de la nada, me asalta un terrible pensamiento. Me pregunto si mis pancitos saben que me los voy a comer.  Ellos no han de estar alegres. A lo mejor están aterrorizados! No! Y qué tal si se están cagando de miedo? Y si están temblando de terror! Los veo ahí en mi platito y me los imagino hincados y rezando, suplicándole a sus Dioses que les concedan un único deseo, el de vivir!

Dios mió…que terrible muerte les espera. Sentí mucha compasión por mis pancitos. Me les acerco y les digo cosas para tratar de aliviar su alma:

Yo: No se preocupen, todo estará bien! el fin será rápido e indoloro!

Ellos: Guey!!! Indoloro? No manches, nos vas a masticar! Crees que eso no dolera?

Yo: OK, lo acepto, será un poco doloroso, pero tratare de comérmelos despacito para que no les duela!

Ellos: Despacito!!! Ja!!, vaya que tienes cerebro…no manches! Así vas a prolongar nuestra agonía! Mejor métenos de nuevo en la panera y ahí nos dejas vivir para siempre!

Yo: Oh! Chingaos! Pues que quieren! Yo  también estoy en un aprieto aquí saben, me los tengo que comer, tengo hambre y ustedes huelen rico!

En eso, mi mujer, que estaba a tres cuartos al fondo, me dice desde lejos “con quien hablas amorcito?”  Santo Dios!  Como me pudo escuchar! Me quedo asombrado! No puede ser! Sus oídos deberían de trabajar para una de esas agencias secretas que estudian los sonidos que vienen del universo…del universo muy lejano…
-Con el Santo Niño de Atocha! Le contesto -me vino a visitar! Ella se queda callada. No le gusta que sea sarcástico.
Vuelvo a mis pancitos. Ahora se estaban abrazando y titiritando de terror.

-no nos comas por favor! Solo somos unos indefensos pancitos, no le hacemos daño a nadie! No seas cabron, déjanos vivir! Por favor!
Empecé a sentir compasión por mis pequeños amigos. Tenían razón, no le hacían daño a nadie!

-Ok, ya dejen de llorar, los meteré en la panera y mejor me como unos Corn Flakes, pero por favor, dejen de lloriquear, si? Parecen nenitas ahí todos abrazaditos…

En eso llega mi mujer a la mesa.
-Ya estuvo! a ver, con quien hablas?

Me le quede viendo asombrado, no la escuche llegar. Me dio la impresión que llego flotando en el aire. 
-Con nadie Xitlaly! ya ves! No te digo! tu escuchas voces dentro de tu linda cabecita!

-No me hagas guey amorcito! A ver, donde está el celular?




-Se fue de vacaciones a Madrid…
-No te hagas el chistocito amorcito! me dice riéndose y tratando de encontrar el aparatejo entre mi ropa. Siempre la hago reír. Tal vez por eso me quiere tanto. De repente se para, acerca su rostro al mío, y me ve derechito a los ojos.
-Estás hablando de nuevo con tu comida verdad?
-Claro que no! Como crees?  Le mentí.
-Claro que estás hablando con ellos…con tus pancitos!

-Estas mal! cuales pancitos?

-Estos!

Toma el platito con mis pancitos. Agarro el cubilete con las yemas de sus deditos porque al parecer se estaba pintando las uñas, y lo acerca a su boca.

-A ver, dime, que te decía este pancito? Vi como el cubilete se retorcía ferozmente tratando de liberarse de la garra opresora de su antagonista.
Santo Dios! Mi cubilete estaba en terrible peligro, esto era serio! Trate de actuar normal. Cualquier error mío enviaría a mi pancito a una muerte espantosa y segura. Me le quedo viendo serio a mi mujer.

-Xitlaly los panes no hablan!  no seas infantil.
-Claro que hablan, ve este me está diciendo “cómeme mi dulce y bella doncella cómeme!” jugaba con mi cubilete moviéndolo en el aire y moviendo sus caderas, haciendo como si fuera a morder mi pancito…
-El pancito no te está diciendo nada Xitlaly, lo sabes, ven, déjalo en el platito y ve y sigue pintándote tus uñitas…anda…que te están quedando bonitas…

-No me iré!- me dijo sonriendo, y en eso, zaz! que le da una mordida a mi cubilete!
Yo la vi horrorizado sin poder hacer nada. No podía! No podía des-encubrirme y que se diera cuenta de que estaba hablando con mis pancitos, creería que estoy loco! Me sentí fatal, traicionero, con las manos amarradas viendo como se comían a mi protegido. Clarito vi como mi cubilete gritaba de terror mientras los dientes de mi mujer descendían en cámara lenta sobre el. Dentro de mi mente escuche sus pequeños huesitos desquebrajarse ante la presión de la mordida,  escuche su minúscula voz gritando de dolor mientras era ferozmente despedazado y triturado en esa mordida.

-Umnta! , sabes, como que este cubilete está un poco duro, a ver, voy a probar el nido. Dejo el cubilete en el plato y agarro el nido.

No!!!!!!! Grite dentro de mí! Vi como al nido se le fue el color mientras clamaba misericordia! Sin más ella le dio una mordidota mientras el nido se desmayaba  en su mano, vencido por el escalofriante horror de su suerte.

-Um um! Este está mejor, si, ummm si! sabe rico amor! A ver, dame lechita…acerco su cara a la mía, tomando lentamente de mi taza.

Mientras bebía se me quedo viendo a los ojos muy cerquitas, como tratando de descifrar que estaba pensando, o sintiendo, después de haber mutilado a mis pequeños amigos. Yo no emití sentimiento alguno, pero por dentro mi corazón estaba destrozado…tendría que cargar con el peso moral de estas  pequeñas muertes por el resto de mi vida…

Claro, para ella solo eran pancitos. Pero eso era precisamente lo que ella trataba de descifrar en mi mirada. Mientras masticaba lentamente los pedacitos de mis protegidos, entrecerró los ojos y me dijo muy cerquita al oído con su vocecita sensual de “femme fatale”  –que ricos pancitos amor, bueno, me voy a seguirle a mis uñitas, te espero en la camita chiquito, no tardes!  Me dio un besito y se fue, así nada más, moviendo sus caderas y volteándome a ver coquetamente antes de desaparecer en el hall.
En la mesa, solo dejo atrás muerte y desolación. Mis pancitos maltrechos agonizaban los últimos instantes de su vida. Me les acerque a su lecho de muerte.

-lo siento amigos, lo siento mucho! En verdad!
-no te preocupes! Ahora, acaba con nosotros, no nos dejes asi! Danos una muerte decorosa, pero promete, tienes que vengar nuestra muerte!!! Y asegura que nos recuerden en el futuro, que nuestra existencia no haya sido en vano! Despídete de los nuestros! Adiós mundo cruel! Adiós vida!  Ahhhhh! Ahhhhh! Sentimos frió…mucho frió….ahhhh….

Con un último aliento, cerraron sus pequeños ojitos y se difuntearon en mi platito.

Me jure a mi mismo que su muerte no sería en vano. Tome sus restos y me los comí, despacio, deleitándome con su sabor! Tan ricos! Sentí como sus cuerpos se transformaban en alimento, en sustancias nutritivas. Con mi lechita ayude a los restos de mis amigos a descender dentro de mi cuerpo para transformarlos. En la recamara las caderas de mi mujer me esperaban mientras mis pequeños amigos se transformaban lentamente en energía, que llenaba mi sangre del don de la vida! Mis amigos, ya convertidos en partículas con fuerza nuclear, empezaron a recorrer mi torrente sanguíneo, adhiriéndose a los miles de millones de células que recorren mi cuerpo, listos para invadir los músculos y saltar a la acción, formándose un enorme y formidable ejercito listo para luchar por la causa!!! Ahí los vi, en la imagen de mi mente, a mis pancitos repartidos entre miles y miles y miles de pequeños soldaditos formados en líneas que se perdían en el horizonte, armados hasta los dientes, listos y gritando todos al unisonó, VENGANZA!!!!!  VENGANZA!!!!  VENGANZA!!!!


Con este grito de guerra abanderando mis pasos y exaltando todos mis sentidos, me fui a la recamara, listo y armado, a vengar la muerte de mis pancitos…

Fin

martes, 12 de julio de 2011

21 Kilometros





21 KM
Por Leo Mondragón

6:33 am. Todo tranquilo en la calle, salvo los cantos de los pájaros en los arboles y el leve zumbido del trafico que está empezando a despertar la ciudad. Hago un checklist mental rápido…I Pod y audífonos, ok, Nike App y playlist, ok, playera, ok, gorra, ok, licra, ok. money, ok. Tennis, ok. Todo lo material, ok. Es que esto de la corredera es entre dos, materia y físico. Físico y materia. El uno complementa el otro. La materia no corre sola. Necesita del físico. Es el complemento.

Ahora a checar la parte física. Estiro las piernas largamente, los brazos, la espalda, hago 20 jumping jacks, me tenso los tobillos, los suelto, estiro mis muslos y pantorrillas de nuevo, corro parado en mi lugar 30 segundos y listo! Hoy voy a correr un M&M…no, no es los chocolatitos, es un medio maratón. Le pongo play al pod, y la vocecita de la aplicación me dice alentadora al oído “Beginning Workout”. Suspiro hondo, y ahí voy!

Wow, se siente bien esto! La mañana no puede estar mejor, está nublado, no hace calor, no se siente mucha humedad, el clima perfecto! Mientras voy corriendo siento las agujetas de mis tenis…están un poco apretadas, si no corrijo esto va a haber consecuencias más adelante. Me paro y me arreglo las agujetas. Las aflojo un poco. Listo, ahí está!!! Se siente mucho mejor! Ahí voy de nuevo!

El thumpis thumpis de la música del I Pod suena en mis oídos mientras empiezo a circundar el Centro del Convenciones. Como muchas veces, me percato que de nuevo hay mucho excremento de perros. Los ricos de por aquí siempre hacen lo mismo, sacan a pasear a sus estúpidos animales para que no les dejen la mierda en sus enormes y fastuosas casas y condos. Triste, pero cierto. Son muy contadas las personas que a veces veo que sacan a sus perros a pasear y les van recogiendo sus gracias en pequeñas y graciosas bolsitas de plástico. A veces me pregunto porque la humanidad se ha rebajado tanto? Recogerle su caca a un perro? Les hemos enseñado tanto, a cazar, a pelear, a ser perros policías, a ser nuestros ojos en los casos de invidentes…porque nadie se ha puesto listo y los ha entrenado a recoger su shit? Sé que no tienen pulgares y el acto de levantar algo con sus patas sería imposible, pero por el bien de nosotros, algo se tiene que hacer! Hemos llegado a la luna, por todos los cielos! Es denigrante… A veces los veo por aquí, a las personas más ricas y poderosas de los alrededores, recogiendo lo que dejan sus perros y me da risa. Pero bueno, es un país libre. Creo. Todo esto pienso mientras voy esquivando las minas por toda la banqueta. Minas orgánicas.

-Three point five kilometers- me dice la vocecita del I Pod. Hora de dejar el Centro de Convenciones.

Me dirijo hacia Icacos por la Costera. Ahí voy, disfrutando del ejercicio, sintiendo el latido de mi corazón, empiezo a sentir el sudor empapando la parte superior de mi playera. Clima Cool según. Mis polainas, nada es clima cool, solo un truco publicitario. Las grandes compañías gastan enormes cantidades de dinero en tratar de hacerte guey, para que pienses que una tela se va a secar sola mientras la llenas de sudor. O sea, en qué cabeza cabe? Puras madres que! Pero trato de no pensar en ello.

Pienso en mi recorrido. Lo tengo todo planeado. Correr a un paso tranquilo y decente, entre 7.30 y 6.50 minutos por kilómetro. El recorrido lo voy a dividir en tres, bajando el ritmo a casi caminata cada 7 Km. para recuperar el aliento, y abastecerme de alguna bebida hidratante que comprare en el camino. En la bolsita de la licra tengo un billetito de 50 pesos enrolladito para este fin.

Ahí voy por la costera hacia la glorieta de Icacos. En el camino, varios antros arrojan a la calle sus desechos humanos. Paso frente al Baby O y ahí están los borrachitos, saliendo apenas de una noche de gran peda. Les sorprendería saber a quién he visto salir de dichos lugares vomitando sobre las jardineras. Las personas que mas admiramos de la farándula y las televisoras convertidas en piltrafas humanas por el alcohol y la desvelada. Y hasta drogas creo. Hoy no veo a nadie importante salvo a unos cuantos yuppies jóvenes que ya despilfarraron el dinero de papi y se están fletando unos “hochos” en el puestito de la esquina junto al hotel Tropicano. Hot dogs! Asco! ni cuando era pobre comía esas madres! Jejeje! Sigo mi carrera.

-Four kilometers completed- me dice la vocecita de la aplicación. Sigo mi camino, el tráfico comienza a aumentar en la costera. Veo a todos aquellas personas que van hacia sus trabajos en los grandes hoteles y negocios bajándose de todos los transportes públicos…taxis, combis, camiones. Todos van hacia las ocho horas o más que les esperan de friega en un Domingo cuando todos deberían de estar descansando, o haciendo un desayunito, haciendo ejercicio, o echándose el mañanero, o yendo a misa. Este es mi México de hoy, pienso, el México negrero…puto Gobierno pienso, estamos peor que nunca! Veo a toda mi gente caminando cabizbajos hacia la inclemencia de las ruedas de la esclavitud. Nadie debería trabajar en Domingo! Puto, puto Gobierno de shit! Sin embargo viendo todo esto, sigo mi camino.

Llego a la glorieta de Icacos, doy la vuelta en la otra acera del Grand Hotel, y prosigo mi carrera. Ahí voy, sintiendo los primeros síntomas de calor en mi cuerpo. Calor, calor!

-Five kilometers completed- me dice la voz del I Pod. 33 minutos recorridos, voy ok. A mi ritmo. Bien!

En mi mente, pienso que estoy a dos kilómetros del primer puesto de abastecimiento. Ahí voy, echándole ganas. El trafico ya aumento en consideración. Voy pasando todos los establecimientos de la costera mientras estos se despiertan de su letargo de ensueño…la Plaza Oceanic, las artesanías, el Ci-Ci, el Sr. Frogs, el Mc. Donalds, el Planet Hollywood y demás...

Llego de nuevo a la glorieta de Convenciones, paso los bancos que hoy no abren, y prosigo por toda la avenida hacia el Sanborn´s Condesa y el Vip´s. y ahí está el Oxxo. Mi primer puesto de abastecimiento.

-Seven point cero kilometers- me dice el I Pod…Me meto al Oxxo y compro mi primer Gatorade. De lima limón! Lo malo fue que el chamaco que me cobro me dio pura monedita de cambio. Prosigo mi camino con un monton de monedas en la bolsita de mi licra y sonando como alcancía. Pinché escuincle! Me torció! Ahora estas moneditas van a ir sonando todo el camino como campanita de vaca… qué pena! Pero ni pedo! Reduzco mi paso mientras me bajo la bebida…siento el liquido inundar mi sistema, tan rico y refrescante!

Avanzo en paso de caminata casi medio kilómetro…luego vuelvo a mi paso. Ahí voy, corre y corre como el Forrest Gump.

-Eight point five kilometers- me dice la vocecita. Wow! El cansancio se está haciendo presente en mi sistema, sin embargo, el hecho de venir a casi la mitad del camino me hace recobrar nuevas fuerzas. Voy pasando todos los demás antros de la costera, el Mojitos, el Barba Roja y los antros gay…veo salir de estos lugares a mas escorias humanas de diferentes sexualidades…Dios, que nos pasa a la humanidad! Me pregunto…ahí voy corriendo entre los que corren de sí mismos y sus vicios…una camioneta de basura está en la costera recogiendo toda la inmundicia de la noche anterior…no me sorprendería que algunos seres se treparan en ella, para que los lleven a donde se tira la mugre de la ciudad…

Sigo mi camino…ten kilometers me dice el IPod! Yei! A casi la mitad del camino! Paso el hotel Playa Suites y prosigo!

A estas alturas, ya vengo completamente empapado en sudor. Me quito la gorra y la exprimo. Wow! No manches! Esta super mojada! Me la vuelvo a poner, y me exprimo la playera! No manches, de donde sale tanto liquido! Yo de por si sudo un buen, en todo! pero hoy me sorprendí! Voy bien! me digo a mi mismo!

Paso la Gran plaza, con sus decenas de establecimientos…y me dirijo hacia el asta bandera! Mas gente, mas tráfico, mas corredores en la acera. Todos con un mismo fin. Extralimitarse. Esa es la palabra. Nadie corre de okis. Todos se están probando a sí mismos. Los veo y veo mi mirada en ellos. Y prosigo, llego al asta bandera! Yessss!!!

-Tuelv point faiv kilómetros…ya no escucho bien el I Pod…estoy sintiendo mucho cansancio, las piernas me empiezan a pedir descanso, y mi mente ya no piensa en claro. Avanzo un kilómetro por la misma acera de la costera junto al mar. Veo a los pescadores que están recogiendo sus enormes redes con mis hermanos atrapados en ellas, hacia una muerte segura que terminara en vendimia y lucro para unas cuantas familias de asesinos seriales, pues lo hacen todos los días no solo en Domingo, acabándose el océano, acabándose a mis hermanos los peces, acabándose la vida… y nadie los mete al bote…

-Fortin kilometritos complited- escucho al I Pod. Bajo otras circunstancias, siempre he maldecido el hecho de que hay un Oxxo en cada puta esquina de las calles del puerto, pero ahorita, con esta sed, es una bendición. Me compro otro Gatorade, pago con mi abundante cambio, y prosigo mi camino, a paso muy lento, mientras me tomo mi bebida! Ahí voy, corriendo a paso moderado sobre mis pasos, ya no veo los establecimientos ni lo que pasa a mí alrededor, tu recuerdo me llega a la mente en oleadas de sudor, de sudor lleno de sal…de sal del mar…

-Sicstin kilometritos al chaleco!- Wow! Ahí la llevo! Por un momento, pienso en la voz del I Pod, es sumamente agradable. Me imagino que esta chava de la voz ha de haber sido alguna estrella porno. O algo. De seguro ha de ser bien golfa. Sigo mi camino, el tráfico ya es intenso, el sol empieza a salir de entre las nubes. Uta madre, lo que me faltaba! Calor sobre calor! Y en este tramo no hay ni una pinche sombra!

Siento algo de desesperación. El kilómetro 17 siempre ha sido pesadísimo para mí. Voy corriendo y ya delirando por el cansancio…siento mucha sed, la boca seca, los inconfundibles síntomas de la deshidratación. Pienso en todos aquellos seres humanos perdidos en los desiertos del mundo buscando agua. Dios, que fea muerte para los que no la encontraron! Y para los que sí, no manchen, que chingona suerte! Miles han de haber muerto así…

Ya vengo delirando. -Eitin punto faiv kilomelitors recorridos- me dice esta chingadera…paso una tiendita y veo un anuncio de cerveza Indio…Dios, daría mi vida por una Caguama ahorita! Y unos taquitos de carnitas con cebollita y cilantro…por un segundo siento mi estomago dar un vuelco…y pararse ante el recuerdo que solo traigo menos de veinte pesos en cambio, con esto me paro en otro Oxxo y me compro mi ultima bebida hidratante…se me termina el dinero… prosigo mi camino…

A esta altura del recorrido ya vengo sudando todo. Las piernas, los brazos, los pies, la espalda, todo, todo mi cuerpo viene sudando. Hasta el ombligo me suda! Hay personas que no creen que el ombligo sude. Falta de criterio y sentido común! Si la cola suda, que no sude el ombligo! Vamos, sean abiertos! Son solo agujeritos…

Naintin-point-faib kilómetros me dice la golfa esta…estoy tan cansado, me siento al borde de la muerte…todo mundo se encomienda a un poder superior cuando sabes que se acerca el fin…desde siempre creo…en mi delirio me viene a la mente un cavernícola mientras le salta por la espalda un gatote esos de dientes de sable…que habrá dicho el pobre cabron? En ese entonces, las groserías no existían…no pudo haber gritado “a la mierda ya me cargo la chingada!!!” no, no creo…quien sabe que habrán dicho esos pobres cabrones me dije a mi mismo, Chuchito, ayúdame en esta mi encomienda! Ayúdame a terminar mi medio maratoncito! Siento que mi sangre esta en el punto de ebullición. No hay ninguna señal de viento, tan solo refresca un poco el aire que toco cuando paso. Siento tanto calor que puedo ver olas de calor surcando el cielo. Cada paso que doy siento como si las piernas se me fueran a deshacer como si fueran de chocolate.

Tuenti kilomelitros dice la vocecita…en eso, llega de pronto, un inmenso y enorme alivio, ya chingue! Ya los tengo! En este punto, se que el medio maratón ya es mió! Yeiiii! Hurrahhh! En mi cansada mente me llega una alucinación, me veo corriendo este ultimo kilómetro y entrando a un gran estadio, lleno de todas las personas que conozco! Todos! Mi reina y toda su familia junto con los suyos! Mis padres con mis hermanas y sus familias…Mis amigos, los amigos de mis amigos! mis compañeros de trabajo, mis clientes, todas las personas que conozco! Hay papelitos y globos volando por todo el aire del estadio! Todo mundo gritando al unisono! Wow, que chingon se siente esto! Único! Por los altavoces del estadio escucho mi nombre –Y aquí viene, desde Acapulco Guerrero, Leo Mondragón, mal escritor y seudo artista pintor, con 2 horas y 33 minutos de recorrido, démosle un fuerte aplauso por el esfuerzo!- el estadio estalla en jubilo! Hay varias camaras televisivas que se acercan para el close up de la meta. Una horda de reporteros se acercan con sus micrófonos todos queriendo mis primeras palabras. En una enorme mega pantalla me veo llegando a la meta, con el público en las gradas aplaudiendo con frenesi! Viva! Viva! Viva! .

Al pasar por la meta la vocecita de la aplicación me dice –tuentiuan kilómetros y cachito, congratulations! you just finished a half marathon!-

Alzo mis brazos en jubilo y triunfo! Lo hice! Lo hice! Yes!!! Si!!! Lo logre!!!

Volteo y estas tu mi reina, con tu sonrisota de oreja a oreja y aventándome un beso. Apago el I Pod! Se me salen las lagrimas por el esfuerzo y logro obtenido, y le doy gracias a mi Dios por darme esto, este sentimiento tan, tan chingon de logro! Voy hacia ti amor y me desplomo en tus brazos. Me tomas en tu regazo y me limpias el sudor de la frente y de mi cara, susurrándome cosas a mi oído. Todo está bien ahora. Ni la ciudad al despertar ni estos veintiún kilómetros ni todo el cansancio del mundo pudieron conmigo pues fuiste siempre la bandera que me guió!

Recupero mi aliento y abro los ojos. La imagen del estadio y los mios se ha ido. Regresan los árboles y el zumbido del tráfico en la calle. Ah! La vida, pienso…la vida tan bella a pesar de todo…

Estiro mis cansadas piernas y me voy a casa.

A seguir con la vida.

Fin.